La República Dominicana no puede esperar para mejorar su “paquete” turístico.
No nos referimos a las playas o a la infraestructura hotelera que cada día se remoza con nuevas instalaciones y con la remodelación de las más antiguas, sino con todo el contenido de la oferta y el paquete urbano que la rodea.
No podemos seguir con hoteles cinco estrellas al lado de ambientes de una estrella.
Punta Cana está muy bien. Verón, no, y a la larga no habrá un Punta Cana exitoso si Verón no cuenta con la infraestructura física y el orden social necesario para que no se convierta en un serio obstáculo a la expansión de Punta Cana.
Así como se invierte un porcentaje de los recursos mineros en las provincias, debe hacerse lo mismo con los polos turísticos.
Además, es de la mayor importancia el control de los alimentos y bebidas. El fraude de bebidas alcohólicas detectado por la DGII debió ser tomado muy en serio por los hoteles envueltos.
Esto es un tema país que trasciende a la política y a los pequeños intereses.