Triunfo de Egan Bernal en el Tour de Frrancia impulsa turismo extranjero en bicicleta en Colombia

Triunfo de Egan Bernal en el Tour de Frrancia impulsa turismo extranjero en bicicleta en Colombia
Triunfo de Egan Bernal en el Tour de Frrancia impulsa turismo extranjero en bicicleta en Colombia

Visitantes foráneos gastan US$ 257 diarios en esta actividad, según Procolombia.

El éxito de ciclistas colombianos como Egan Bernal, quien se convirtió este domingo en el nuevo campeón del Tour de Francia, de la carrera por etapas más importante del mundo, hace que el  turismo en bicicleta «pedalee» con fuerza en el país. Además de Bernal, del Ineos, entre los «escarabajos» del país cafetero que se destacan hoy figuran Nairo Quintana y Rigoberto Urán.

A lo largo del tiempo, en las principales pruebas ciclísticas del orbe han figurado también el icónico «Lucho» Herrera, que emocionó a los colombianos entre 1982 y 1992 al conseguir 30 victorias internacionales, la más importante de las cuales fue la Vuelta a España 1987. 

Otros que han hecho sonar el nombre de Colombia en los escenarios internacionales han sido, entre otros, Martín Emilio «Cochise» Rodríguez, Santiago Botero, Oliverio Rincón, Víctor Hugo Peña, Rigoberto Urán, Miguel Ángel López, Esteban Chaves, y Fernando Gaviria, apenas por mencionar algunos de brillantes resultados.

Así desde la década de los años 80 empezó a gestarse una cultura de la práctica del ciclismo que se ha potenciado por la variedad de terrenos que ofrece el país con sus cinco diferentes pisos térmicos. 

Por ello, Colombia consolida hoy el nicho del turismo que atrae a viajeros de Estados Unidos y Europa, principalmente, para montar en bicicleta. Este segmento del mercado, según la Organización Mundial de Turismo y la Asociación de Viajes de Aventura (ATTA, por sus siglas en inglés), genera en promedio 57.000 millones de dólares al año.

Ingresos que deja la actividad en la economía

Está en auge la industria de los ‘bike hotels’, con servicios como área de limpieza para bicicletas de montaña, alquiler, centro de información sobre rutas, préstamo de GPS y desayuno.

Al respecto, la presidenta de Procolombia, Flavia Santoro, aseguró que «los turistas extranjeros gastan hasta 257 dólares diarios en turismo de bicicleta. En promedio, por siete días son casi 1.800 dólares, es decir 600 dólares más que el gasto regular de un viajero en el país».

De hecho, explicó, «se trata de un tipo de turismo con alta capacidad de gasto en el que concentramos los esfuerzos de promoción para atraerlos». A los visitantes Colombia les ofrece 38 rutas para recorrer en bicicleta y llegar hasta los Parques Nacionales Naturales o los denominados Pueblos Patrimonio.

Igualmente, está en auge la industria de los «bike hotels», que ofrecen servicios como área de limpieza para bicicletas de montaña, alquiler, centro de información sobre rutas, préstamo de GPS, desayuno, reparación y guías.

Entre las razones por las que cada vez más los turistas del mundo buscan a Colombia para practicar el ciclismo se destacan rutas en donde se puede llegar hasta los 3.200 metros sobre el nivel del mar y el trayecto entre las dos ciudades más importantes del país, Bogotá y Medellín.

Asimismo, el recorrido por el Paisaje Cultural Cafetero, una región declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 2011, en donde los visitantes aprovechan para degustar alimentos típicos como el bocadillo de guayaba y el agua de panela con queso, tradicional fuente de energía de los deportistas locales.

Específicamente, la denominada Ruta del Café, ideal para las bicicletas de montaña, se extiende por tres o cuatro días en las que, además del montañoso paisaje se disfruta de las haciendas en donde se siembra el grano y agua termales.

Otra opción para ciclistas «consagrados» es la de los pueblos de la colonia, un viaje de cinco días por los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander, en el centro y este del país.

Finalmente, se creó un «Recorrido Heroico», que consta de 1.000 kilómetros por los paisajes más espectaculares de Los Andes colombianos y que incluye el ascenso de 85 kilómetros al mítico Alto de Letras, uno de los más difíciles del mundo y prueba de la agilidad de las «escarabajos» colombianos.


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