Pasado el efímero mal momento del inducido y mal intencionado entramado para tratar, fallidamente de dañar, el turismo dominicano, ya es hora de repasar, analizar y repensar las nuevas estrategias para propiciar novedosas respuestas al auge del negocio de la industria sin chimenea en nuestro territorio insular.
Es oportuno reconsiderar lo pasado, estudiarlo y reflexionar sobre el espectacular fenómeno del auge del turismo criollo y evaluar todas las interacciones turísticas–económicas como motor del desarrollo.
Y es que se hace necesario que veamos el turismo como un natural dinamizador del sistema económico y al desbrozar el entramado del triangulo Desarrollo-Crecimiento Económico-Turismo obtendremos nuevas y positivas respuestas al auge del turismo en consonancia con el actual contexto global.
La reciente y felizmente superada experiencia del dirigido intento de boicot contra el turismo dominicano debe ser el motivo para plantear una revisión estratégica que no sirva para repensar el auge de esta singular industria donde aparezcan en forma destacadas los elementos que sirvan para sortear futuros obstáculos.