Como Stromboli en Italia, viajar a la isla Blanca en Nueva Zelanda es una atracción turística. Whakaari, como es conocida en la lengua aborigen, es una maravilla natural.
Este domingo había en la isla no menos de 50 turistas. A diferencia de Stromboli, el volcán durmiente no tiene forma cónica, de manera que los viajeros caminan en lo que sería su crater. La isla es privada, por lo que es un negocio turístico masivo.
Este lunes, a las 14.11, a la una de la madrugada en España, cuando nadie se lo esperaba, el volcán entró en erupción. Algunos testigos que estuvieron en el lugar apenas 30 minutos antes indican que todo estaba normal. Pero un rato después, la isla se convirtió en una bola de fuego de la que sólo lograron escapar 23 personas. Los demás, un número no determinado, están en paradero desconocido. La isla no está habitada sino que sólo es visitable por horas. Hasta el momento se ha localizado un cuerpo sin vida.
Había dos tours de visita. Uno logró salir, pero al menos toda una barca quedó atrapada.
La primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, ha confirmado que hay un número de turistas atrapados y que esos son neozelandeses y extranjeros. Se sabe que el barco que sí partió unos minutos antes tenía una alta proporción de brasileños.
La policía indica que el número de desaparecidos puede ser de hasta 50 personas. Al parecer, parte de los desaparecidos son pasajeros del Ovation of the Seas, un crucero de Royal Caribbean que se encontraba en el puerto de Tuauranga, la ciudad más cercana a la isla Blanca.
No había avisos para la zona, aunque el pasado 3 de diciembre un experto dijo que existía la posibilidad de que el volcán de la isla entrará en un período de más actividad.