Ministerio de Medio Ambiente publica método y procedimiento para observación de Ballenas

Ministerio de Medio Ambiente publica método y procedimiento para observación de Ballenas
Ministerio de Medio Ambiente publica método y procedimiento para observación de Ballenas

En ocasión del inicio de la Temporada Observación de Mamíferos Marinos 2020” ahora en Enero, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales publica elprocedimiento de autorización para la observación de ballenas en Santuarios, Bancos de la Plata y Navidad y en Bahía de Samana.

A través de la dirección o Link colocado al pie de la página, la ciudadanía e interesados podrán  consultar sobre el procedimiento de autorización para la observación de Ballenas en el Santuario Bancos de la Plata y de La Navidad, así como en la Bahía de Samaná.

Procedimiento Autorización para Observación Ballenas en Santuario Bancos de la Plata y La Navidad, y  Bahía de Samaná

FORMAS DE OBSERVACIÓN DE BALLENAS Y DELFINES

Existen diferentes plataformas desde las que las personas pueden observar ballenas y delfines, cada una con sus propias ventajas, así como sus posibles repercusiones sobre los delfines y las ballenas objeto de observación.  A continuación se presenta un resumen de las diferentes formas en que se pueden observar ballenas y delfines, así como algunas sugerencias sobre cómo reducir al mínimo los efectos perjudiciales de la observación de ballenas.

Observación de ballenas desde tierra: la observación de ballenas desde tierra tiene la enorme ventaja de no producir prácticamente ningún efecto perjudicial en las ballenas y delfines objeto de observación.  Muchos lugares en el mundo cuentan con fantásticos puntos de observación en lo alto del acantilado o en el litoral, donde grupos de delfines, marsopas u orcas que residen en zonas costeras, pueden ser observados, o donde especies migratorias como ballenas francas, jorobadas, o grises pasan cerca de la costa, ofreciendo magníficos espectáculos.  Algunos países hacen publicidad de las rutas balleneras, que los turistas pueden seguir, enlazando los lugares de observación de ballenas situados en la costa, tales como la Cape Whale Route (Ruta ballenera del Cabo) en Sudáfrica.  La ruta ballenera de la costa occidental de los Estados Unidos de América y Canadá, dispone de una red de miradores en una distancia de 1.000 kilómetros de longitud a lo largo de la costa, que están señalados en un sitio web y que podrán enlazarse pronto con una App. de smartphone.  Estos lugares están señalados con carteles que contienen información sobre los mamíferos marinos que pueden observarse desde cada punto. En un punto de observación de los Países Bajos, situado en el litoral se ha puesto a disposición del público un «estudio» sobre la marsopa, y los visitantes pueden escuchar vocalizaciones de marsopas en directo, transmitidas desde una estación de escucha submarina cerca de la costa.  La observación de ballenas desde tierra es una óptima opción para quienes padecen mareos, o quieren estar seguros al 100% de que no van a contribuir a los efectos posiblemente perjudiciales debidos al ruido y al tráfico de las embarcaciones en torno a las ballenas y los delfines.

Observadora de ballenas en un mirador de observación situado en tierra en Vancouver. Foto cortesía de Donna Sandstrom.Observación de ballenas desde embarcaciones: la forma más común de observación de ballenas es la observación desde embarcaciones. Las embarcaciones que transportan turistas pueden variar desde pequeños botes Zodiac o barcos de cubierta abierta de fibra de vidrio o de madera, tales como los utilizados por ex pescadores o pescadores activos a tiempo parcial en la Bahía de Loreto (México) o en la Laguna de Chilika (India), a naves de doble cubierta construidas según un diseño especial que pueden acoger a cientos de pasajeros, tales como las utilizadas en el Golfo de Maine, en la costa oriental de los Estados Unidos.  Las excursiones con embarcaciones proporcionan a los turistas vistas más cercanas de ballenas y delfines en su ambiente natural, inspirando temor y asombro en estos encuentros en el mar.  No obstante, los participantes deben tener presente que las condiciones del mar pueden variar según la temporada o incluso la hora del día, por lo que deben estar preparados a sufrir posibles contrariedades causadas por mares agitados, inclemencias del tiempo, o mareos.

La observación de ballenas desde embarcaciones puede también perjudicar en medida considerable a las ballenas y los delfines que son objeto de observación.  El ruido submarino generado por los motores de los barcos puede enmascarar la comunicación de ballenas y delfines y pueden incluso perjudicar a su audición, y la presencia constante de naves puede interrumpir importantes actividades como alimentarse o descansar.  Como tales, se alienta a los turistas a elegir cuidadosamente el operador turístico, formulando algunas preguntas al reservar una excursión de observación de ballenas desde embarcaciones.  Formulando estas preguntas, los turistas pueden demostrar que están interesados en reducir al mínimo los efectos perjudiciales y ayudar a hacer cumplir los reglamentos diseñados para proteger a ballenas y delfines.  En muchos lugares de observación de ballenas se han adoptado directrices impuestas por ley o de carácter voluntario y se alienta (u obliga legalmente) a los operadores turísticos a aplicarlas.  El hecho de familiarizarse con las directrices vigentes en el destino de observación de ballenas permitirá a los turistas ejercer una influencia positiva sobre el operador que elijan, alentándoles a aplicarlas.  Según las investigaciones, es probable que la aplicación de las disposiciones de acercamiento de las naves, respetando las distancias mínimas de acercamiento así como los ángulos de acercamiento correctos den por resultado interacciones más prolongadas y más gratificantes con los animales objeto de observación que las que obtienen las embarcaciones que se acercan a distancias demasiado próximas, a velocidad demasiado rápida o de una manera que asusta a las ballenas o los delfines1.

Los navegantes de recreo con embarcación propia tienen también una función que desempeñar, ya que diversos estudios han mostrado que los barcos sin licencia, conducidos personalmente tienen iguales probabilidades, si no mayores, de causar perturbación mediante acercamientos o conducción de las embarcaciones inapropiados alrededor de las ballenas y los delfines2 . Los conductores de barcos de recreo pueden ponerse al día por sí solos acerca de los reglamentos establecidos para proteger a las ballenas y los delfines que se encuentran en la propia zona y/o sobre las mejores prácticas para reducir al mínimo los efectos perjudiciales sobre las ballenas y los delfines en los lugares donde se carece de reglamentos oficiales.

Turistas que observan una ballena jorobada a bordo de una nave grande de observación de ballenas en el Golfo de Maine. Foto cortesía de la Whale and Dolphin Conservation (EE.UU.).Botes no motorizados: en algunos lugares es posible moverse con kayak, canoa, o surf de remo entre ballenas o delfines.  Aunque este método de observación de ballenas elimina la perturbación del ruido submarino del motor, puede sin embargo perjudicar a las ballenas y los delfines, ya que, según las investigaciones, pueden percibir la presencia de cualquier tipo de embarcación como posibles depredadores o elementos irritantes, y responder con una reducción del descanso y la alimentación y un aumento del desplazamiento de viaje3.  El uso de pequeñas embarcaciones no motorizadas alrededor de grandes orcas o ballenas barbadas comporta también riesgos para los observadores de ballenas, que pueden exponerse a riesgos de lesión si quedan cogidos en una situación de comportamiento exuberante o competitivo entre ballenas.

Interacciones en el agua: los encuentros en el agua con ballenas o delfines, conocidos también como programas de «nadar con», son cada vez más populares en todo el mundo. En un reciente informe encargado por la CMS se resumen los encuentros comerciales con cetáceos en el agua ofrecidos en todo el mundo, así como los desafíos de gestión relacionados con esta actividad. Si bien muchos turistas declaran haber experimentando vivencias espirituales y momentos que les han cambiado la vida durante estos encuentros en el agua, son también momentos que entrañan riesgos considerables para las ballenas y los delfines, así como para las personas que participan.  Los seres humanos están expuestos a riesgos de lesiones causadas por los poderosos animales con los que comparten las aguas, así como por las condiciones imprevisibles que derivan de los hábitats del océano abierto.  Las ballenas y los delfines están expuestos a riesgos de enfermedades o infecciones transmitidas por los seres humanos; al trastorno del comportamiento normal de alimentación, descanso o socialización necesarios para mantener su balance energético; así como a las lesiones causadas por los cascos o las hélices de los barcos, que necesitan acercarse mucho más, para dejar caer a los nadadores en el agua a una distancia comprendida dentro del alcance visual, de lo que se acercarían para las actividades basadas en la observación de ballenas desde embarcaciones.  Estos riesgos pueden reducirse al mínimo adoptando medidas de gestión proactivas y bien supervisadas, tales como las aplicadas para nadar con delfines giradores en el Arrecife Samadai en Egipto, y las empleadas por la industria de «nado con» la ballena Minke enana en la Gran Barrera de Arrecifes en Australia.

Observación aérea de ballenas: en algunos lugares es posible observar ballenas y delfines desde el aire – ya sea desde helicópteros como de pequeños aviones que pueden alquilarse expresamente para esta finalidad. Esta modalidad es posible en Sudáfrica, Nueva Zelandia, Australia y los Estados Unidos de América.  No obstante sea más costosa que las excursiones de observación desde embarcaciones o desde tierra, la vista aérea proporciona una idea de la magnitud del hábitat de las ballenas y delfines, y puede permitir a los participantes abarcar más territorio y encontrar en consecuencia animales que están más extensamente dispersos.  La vista aérea puede afectar también a las ballenas a causa del ruido y las sombras que proyectan, y se han establecido reglamentos en la mayoría de las zonas, en los que se indican las distancias mínimas de acercamiento (p. ej., posiciones verticales sobre las ballenas o delfines) y ángulos.

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