Las autoridades chinas han obligado a los receptivos del país (agencias locales especializadas en recibir turistas y gestionar su estancia en ese destino) a dejar de prestar servicios y han cerrado las principales atracciones turísticas: la Ciudad Prohibida de Pekín, la plaza de Tiananmen, el casco histórico de Lijiang, el Disneyland de Shanghái
Y una buena cantidad de aerolíneas, entre ellas Iberia y British Airways, han cancelado sus vuelos al país asiático (Turkish Airlines acaba de anunciar que cierra también hasta el 9 de febrero).
Con este panorama, el resto del sector turístico cae como fichas de dominó. El resultado: la cancelación de viajes organizados desde España a cualquier parte de China.“Los turistas españoles piensan ahora lo que van a hacer en verano, y ahora ante este panorama no van a reservar China, aunque luego la situación se arregle”, opina José Luis Angulo, director de la oficina de Madrid del mismo operador, Viajes Azul Marino”. “Lo dejarán para otro año y el destino sufrirá durante mucho tiempo”.