El teletrabajo «se come» al menú del día

El teletrabajo «se come» al menú del día
El teletrabajo «se come» al menú del día

Primer y segundo plato más pan, bebida y postre o café por unos 10 u 11 euros. Estas ofertas, los menús del día, eran la imagen habitual de la entrada de millones de bares antes de que el coronavirus llegara a nuestras vidas. Sin embargo, la crisis sanitaria lo ha trastocado todo. Empezando por la forma de trabajar. Ahora el teletrabajo es parte de la vida de la mayoría de los españoles y, mientras no se encuentre una vacuna para la Covid-19, seguirá siéndolo durante varios meses más. La renuncia a las oficinas y la incertidumbre por los rebrotes están perjudicando a los más de 300.000 establecimientos de restauración existentes, según datos de la patronal Hostelería de España. Muchos de ellos, los más tradicionales, dependen de los ingresos por estos menús del día.

Así, según explica la consultora NPD Group a ABC, «la comida de diario es la ocasión de consumo más importante en España, al representar el 24% de las ventas totales del sector. Esta franja está fuertemente conectada con la gente que va a trabajar y los estudiantes que van a su centro de estudios o la universidad. Si se quedan en casa, una parte importante del mercado desaparece». Es decir, si se toman los últimos datos de facturación de la hostelería conocidos, los de 2018, las ventas de las comida de diario ascenderían a casi 20.000 millones de euros.

Sin embargo, desde NPD también apuntan a que entre el 15 de marzo y el 30 de junio este tipo de comidas ha perdido un 20% de valor en comparación con el año pasado. Estas cifras son un «horror» para el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, que comenta a ABC que «todos los establecimientos que están alrededor de edificios de administración y oficinas están cerrados». Así, «los ingresos por el café, churro, bocata y el menú del día se pierden», lamenta.

Esta caída de ingresos en esta franja horaria también obedecen a que tras el confinamiento «las formas de consumir han cambiado», explica Esther Rivera, responsable de hostelería de Nielsen, que remarca que ya el menú del día estaba cayendo desde antes de la pandemia. «Hay un descenso de consumo en lo que es la primera parte del día, aquella más espontánea en donde te bebías el café o que cuando ibas dando un paseo entrabas a un local a tomar algo», añade. En concreto, calculan que el consumo en esa franja se ha reducido en cuatro puntos, mientras que el de la tarde y la cena se ha reactivado mejor porque se presta más a la socialización. De hecho, se destaca que el producto más consumido durante ese periodo es la cerveza, que aparece en el 70% de los tickets de compra.

Lenta reapertura
Estas cifras negativas son un ejemplo de cómo se está ralentizando la reapertura normal de un sector que representa más del 6% del PIB. Las cifras son claras. NPD Group apunta a este diario que las pérdidas en la hostelería entre el 15 de marzo y el 30 de junio ascendían ya a 7.000 millones de euros. Es decir, de media cada negocio ha perdido unos 23.333 euros durante ese periodo. Por su parte, desde Nielsen comentan que durante el primer mes desde que se permitió la reapertura de los bares, el ticket de consumo cayó un 60%. Y es que a pesar de que un 80% de la población expresaba que tenía ganas de volver a consumir en los bares, un 45% reconoce que todavía no se siente preparada por miedo al contagio y a sentirse inseguro.

También esta semana se ha podido conocer que más de 43.000 bares y restaurantes siguen cerrados, según Fedishoreca, mientras que Hostelería de España alerta de que a final de año cerrarán 65.000 locales por la crisis. Además, todavía hay más de 205.000 empleados en ERTE.

Alternativas
La regulación que el Gobierno quiere implantar al teletrabajo podría ser crucial para el sector, aunque aún está por ver qué deriva tomará esta y si tendrá algún coste añadido para las empresas. Yzuel opina que aunque «el teletrabajo ha llegado para quedarse creo que va a ser algo testimonial. Porque de forma descontrolada tiene efectos muy dañinos». Además, recuerda que al final «la organización del trabajo depende de la empresa, no de si el empleado decide un día trabajar desde casa». Pero la realidad es que mientras el trabajar desde el domicilio perdura, otras opciones de consumo van ganando peso. Por ejemplo, la comida a domicilio, que ha tenido un importante incremento desde el confinamiento, aunque es cierto que venía de porcentajes aún pequeños. Yzuel no cree que esta sea la panacea y la cataloga como «un complemento a la actividad principal».

Un ejemplo de transformación es la de Edenred, la compañía que surte tickets restaurante a las empresas que lo soliciten. Ante el cierre de bares y restaurantes, montó su propia aplicación para que los establecimientos sin reparto a domicilio pudieran hacerlo. «Solo el 3% de los restaurantes, los que tenían servicio a domicilio, estaban abiertos. Por eso la creamos», explica a ABC Manuel Asla, director de marketing de Edenred, que añade que lo hicieron para ayudar al pequeño negocio, «que cuenta con menos músculo para aguantar la situación».

Por su parte, Rivera ve crucial que la hostelería tradicional se reinvente para salir de la crisis. «La comida es parte de la agenda del trabajador y no un espacio libre de dos horas. Así surgieron ofertas como el medio menú. Ahora toca seguir en esa línea y reinvertarse. Hacer a lo mejor packs que te puedan llevar a la oficina y atraer así al consumidor. Los que se adapten a las necesidades del consumidor serán los que salgan victoriosos», sentencia.

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