Inmersos ya de lleno en la segunda ola de covid-19 en Europa, los bares vuelven a estar en el punto de mira y a sentir la losa de las restricciones. Algunos gobiernos, en su arduo tira y afloja entre controlar la pandemia y garantizar la actividad económica, consideran que, ante el aumento de casos, los ciudadanos bien puedan prescindir de las copas, aunque los empresarios, aterrados, se lleven las manos a la cabeza.
No hay unanimidad en toda Europa pero sí se repiten patrones que pasan por, en primer lugar, restringuir el horario de los bares para, luego, optar por el cierre total.