El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) prevé que en América Latina, entre los meses de junio y agosto de este año, se alcance un flujo de pasajeros internacionales equivalente al 80% de los niveles reportados en el mismo periodo de 2019, por lo cual recomienda a los países de Latinoamérica implementar un certificado digital de covid-19 para viajeros.

Este certificado debería contener información del estado de salud y el control de vacunas antivirales de los turistas en la región. “El Certificado Digital permitiría facilitar los viajes y el turismo, al agilizar los controles de entrada y salida de los aeropuertos, en alineación con los estándares establecidos por la Asociación de Transporte Aéreo (IATA), sobre esquemas de vacunación, realización de pruebas y seguimiento de viajeros que ya tuvieron la enfermedad”, dijo Virginia Messina, vicepresidenta Senior del WTTC.

Messina hizo referencia a la Unión Europea con la emisión del certificado digital covid-19, como un ejemplo para impulsar el retorno de los viajes internacionales seguros, ayudar a recuperar puestos de trabajo y reactivar un sector que será fundamental para la economía en la región.

“El WTTC confía en que el Certificado Digital covid de la Unión Europea contribuirá a generar confianza entre los consumidores del sector de viajes y turismo, que ha estado en una lucha por la supervivencia durante más de un año”, señaló Messina.

Como lo informó REPORTUR.co, el WTTC indicó en su momento que, en América Latina la contribución del sector de viajes y turismo al PIB de la región registró una pérdida superior a 41%, por la pandemia. Además, el sector sufrió la pérdida de 4 millones de puestos de trabajo en la región. (WTTC: contribución del turismo al PIB registró pérdida de 41%).

Maribel Rodríguez, vicepresidenta senior y CEO en funciones del WTTC, señaló en su momento, en el marco del seminario “Cifras y Proyecciones del Sector Turismo en Sudamérica”, que es importante tener un plan claro de reactivación y de apertura de fronteras que contemple cuatro puntos clave. El primero, la evaluación de riesgos a nivel de las personas y no de países enteros.