“La gente está cada vez más frustrada con las restricciones de viaje”, advierte la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA). Tras realizar una encuesta a 4.700 personas de 11 países, concluye que los ciudadanos confían en que los riesgos del coronavirus se pueden manejar de forma efectiva, por lo que piden el restablecimiento de la libertad de viajar (El caos normativo en Europa amenaza la recuperación turística).

Según la misma, el 67% de los ciudadanos consideran que los países deberían abrir sus fronteras ahora mismo, 12 puntos porcentuales más que en la encuesta realizada el pasado mes de junio. Además, un 64% opina que los cierres fronterizos son innecesarios y no han sido efectivos para contener la expansión del virus. Y un 73% reconoce que su calidad de vida está sufriendo como resultado de las restricciones de viaje.

“La gente no ve necesario el mantenimiento de las restricciones de viaje para controlar el virus. Se han perdido demasiados momentos familiares, oportunidades de desarrollo personal y relaciones comerciales. El mensaje que están enviando a los gobiernos es claro: el Covid-19 no va a desaparecer, por lo que debemos establecer una forma de gestionar sus riesgos mientras vivimos y viajamos normalmente”, sostiene el director general de IATA, Willie Walsh.

El mayor impedimento para los viajes aéreos sigue siendo la exigencia de cuarentena en multitud de destinos. El 84% de los encuestados afirman que no viajarán si existe la posibilidad de que sean puestos en cuarentena.

Por otro lado, con las tasas de vacunación aumentando a nivel mundial, el 80% de las personas consultadas están de acuerdo en que los vacunados con la pauta completa deberían poder viajar libremente en avión. Sin embargo, se oponen a que se haga de la vacunación un requisito indispensable para volar, apostando más del 80% por la utilización de los test como alternativa (IATA avisa: no se puede excluir a ningún pasajero que no se haya vacunado).

En relación a las pruebas, el 85% está dispuesto a someterse a una. Sin embargo, un 75% alerta de la barrera que supone el alto precio de las mismas. Esto lleva a un 80% a pedir que los gobiernos asuman el coste.

“La gente quiere viajar y el 86% espera hacerlo en los seis meses posteriores al final de la crisis. Con el Covid-19 volviéndose endémico, las vacunas ampliamente disponibles y los tratamientos mejorando rápidamente, nos estamos acercando rápidamente a esta fase. Pero lo que nos dicen los que han viajado es que las reglas son demasiado complejas y el papeleo demasiado oneroso. Para asegurar la recuperación, los gobiernos deben simplificar los procesos, restaurar la libertad de viajar y adoptar soluciones digitales para emitir y administrar credenciales de salud”, sentencia Willie Walsh.