A medida que avanza la guerra entre Rusia y Ucrania, los países próximos a la zona de conflicto preparan estrategias que, entre otras, incluye políticas para viajeros y funcionamiento diferencial de aeropuertos, tránsito y aerolíneas.
Las naciones vecinas de Ucrania, entre ellas Polonia y Hungría, han dejado en claro que no se verán envueltas en un conflicto militar con Rusia. Sin embargo, es seguro que deberán recibir una afluencia prevista de más de 1 millón de refugiados entre ambos.
Tanto Polonia como Hungría se han convertido en las puertas de entrada preferidas por los periodistas del mundo que asisten a la cobertura del conflicto entre los vecinos Ucrania y Rusia. También es el foco de salvoconducto que establecen la mayoría de ejecutivos, empresas y civiles que deben abandonar la zona de guerra.
Hungría comparte con Ucrania una frontera de más de 130 mil kilómetros. Para conectar a ambos países se localizan cinco puestos de control fronterizos terrestres y una línea ferroviaria de pasajeros. La OTAN ha enviado tropas para fortalecer su flanco oriental cerca de Ucrania, incluso a lo largo de toda frontera.
Por ahora las entidades internacionales, entre ellas el Foreign and Commonwealth (FCDO) del Reino Unido, no tienen advertencias en contra de visitar Hungría. Sin embargo, una actualización en el sitio web de FCDO emitida en la mañana del jueves 24 de febrero advirtió que las personas “no deberían intentar cruzar a Ucrania desde Hungría”.
Aún con las restricciones rusas impuestas a algunas líneas aéreas, en general las rutas de vuelo de la mayor parte de Europa a Hungría no necesitan viajar por el espacio aéreo ruso, bielorruso o ucraniano.Por lo tanto los vuelos programados al país continúan con normalidad. Incluso antes de la reciente escalada de tensiones y la posterior invasión rusa, la mayoría de las aerolíneas habían tomado medidas para evitar volar sobre Ucrania.
En tanto, Hungría ha emitido una regulación que permite la entrada de cualquier persona de Ucrania, y las Fuerzas de Defensa húngaras esperan hasta 600.000 refugiados, según ha informado el diario de Hungría Today. Muchos ya lo han hecho a pie.
Unicef dice que hasta 5 millones de personas pueden huir de Ucrania y que está fortaleciendo su capacidad para ayudar a quienes huyen de la guerra en Moldavia, Rumania, Polonia, Hungría y Eslovaquia.
El primer ministro Viktor Orbán ha declarado en conferrencia de prensa que se desplegarían policías y militares en la frontera para ayudar a gestionar la situación humanitaria.
El lado polaco
También, como en el caso de Hungría, las fuerzas de la OTAN están colaborando en fortalecer los más de 530 mil kilómetros de fronteras que Polonia posee con Ucrania. A su vez, comparte una frontera superior a 230 kilómetros con el enclave ruso de Kaliningrado, una pequeña provincia de Rusia ubicada entre Polonia y Lituania a lo largo de la costa báltica. Se encuentra a muchos kilómetros de cualquier puesto abocado a la invasión rusa de Ucrania.
Polonia, además, comparte tiene una frontera de algo menos de 400 mil kilómetros con el estado autocrático de Bielorrusia, un aliado clave de Rusia, y una frontera de algo más de 856 mil con Ucrania, ahora bajo el ataque de las fuerzas de Moscú.
Si bien no hay restricciones para viajar en Polonia producto de la situación de sus vecinos, en respuesta a la reciente crisis migratoria fomentada por el dictador bielorruso Alexander Lukashenko en la frontera entre Polonia y Bielorrusia, el gobierno polaco introdujo una ley que limita el acceso a las áreas cercanas a la frontera. Desde noviembre pasado, las áreas a 3 kilómetros de la frontera en partes de los voivodatos (división política similar a la de provincias) de Podlaskie y Lubelskie están fuera del alcance de los visitantes.
Al igual que el caso de Hungría, los entes internacionales vinculadas a la seguridad de tránsito migratorio recomiendan no intentar cruzar a Ucrania desde Polonia. Los vuelos que salen y entran al país eluden territorios en conflicto, lo que garantiza el tránsito sin traspiés hasta el momento.
Polonia, también ha hecho planes para una posible afluencia de refugiados. El viceministro del Interior de Polonia, Maciej Wąsik, declaró en una radio polaca: “Tenemos que estar preparados para una ola de hasta un millón de personas”. Se prevé que albergues que normalmente están abiertos para turistas que viajan con un presupuesto ajustado estén dispuestos para los refugiados, lo que podría complicar hallar disponibilidad en ellos.