Las compañías estadounidenses Coca-Cola, Pepsi, McDonald’s y Starbucks anunciaron este martes la suspensión de sus operaciones en Rusia.
La medida fue tomada por estas empresas de presencia global ante la invasión de Rusia a Ucrania, que comenzó hace dos semanas.
«Nuestros corazones están con las personas que están soportando los efectos inconcebibles de estos trágicos eventos en Ucrania», dijo The Coca-Cola Company en un comunicado.
La compañía de bebidas se había enfrentado a una presión creciente para retirarse de Rusia, con #BoycottCocaCola como tendencia en Twitter en los últimos días.
Sus operaciones en Rusia representan aproximadamente el 2% de sus ingresos globales.
Su rival Pepsi informó de igual manera que detendrá sus operaciones en Rusia.
El hashtag #BoycottMcDonalds también fue tendencia en Twitter el fin de semana y el lunes.
McDonald’s dijo este martes que cerrará temporalmente sus aproximadamente 850 restaurantes en Rusia como respuesta al «sufrimiento humano innecesario que se desarrolla en Ucrania».
La cadena de comida rápida, que tiene presencia en Rusia desde 1990, dijo que era «imposible predecir» cuándo reabriría, y agregó que también estaba experimentando problemas en la cadena de suministro.
«Nuestros valores significan que no podemos ignorar el sufrimiento humano innecesario que se vive en Ucrania», dijo el director ejecutivo Chris Kempczinski en un memorando al personal que fue compartido públicamente.
«El conflicto en Ucrania y la crisis humanitaria en Europa han causado un sufrimiento indescriptible a personas inocentes», escribió Kempczinski.
«Como parte de un sistema, nos unimos al mundo para condenar la agresión y la violencia y orar por la paz», agregó.
El ejecutivo dijo que la empresa había tomado la decisión durante la última semana.
Además del personal, la medida afectará a cientos de proveedores y a los millones de clientes que McDonald’s tiene en Rusia.
McDonald’s estableció su presencia en Moscú en 1990, cuando la Unión Soviética estaba abriendo su economía, atrayendo a miles de personas por sus hamburguesas y papas fritas.
A medida que aumentaron las tensiones con Occidente en 2014 por la anexión de Crimea por parte de Rusia, algunos de sus restaurantes fueron cerrados como parte de una investigación sobre los estándares alimentarios, que muchos consideraron motivados políticamente.
El cierre ahora también tiene un peso simbólico y es probable que influya en otras empresas.
McDonald’s -que no posee la totalidad de sus sucursales en el mundo sino que en algunos casos opera bajo la modalidad de franquicia- es dueña de la mayoría de sus restaurantes en Rusia.
McDonald’s cerró también de forma temporal sus 108 restaurantes en Ucrania, donde sigue pagando salarios y donó US$5 millones a un fondo de asistencia a los empleados.
Las organizaciones benéficas de la Casa Ronald McDonald permanecerán activas en Ucrania y Rusia.
McDonald’s se unió de esta forma a una creciente lista de marcas occidentales que están cortando lazos con Rusia por su ataque a Ucrania.
Starbucks dijo el martes que suspenderá todas las actividades comerciales en Rusia, incluidos los envíos de productos propios.
Su licenciatario en el país, Alshaya Group, con sede en Kuwait, cerrará temporalmente más de 100 tiendas que opera allí. Seguirá pagando a sus aproximadamente 2.000 empleados, añadió.
Decenas de firmas conocidas, incluidas Netflix y Levi’s, ya suspendieron las ventas o dejaron de prestar servicios en Rusia.
Unilever, fabricante de los productos de belleza Marmite, Dove y PG Tips, entre otras marcas, dijo que había suspendido el comercio con Rusia y planeaba detener sus gastos e inversiones en publicidad y medios allí.
Unilever continuará, de todas formas, suministrando «productos de higiene y alimentos esenciales para el día a día» fabricados en Rusia.
L’Oreal, la compañía de cosméticos más grande del mundo, dijo que también cerrará sus tiendas y concesiones en Rusia y suspenderá las ventas por internet.
Sin embargo, otras empresas han defendido sus planes de continuar operando en Rusia, incluido el propietario de Uniqlo, Tadashi Yanai, quien le dijo al periódico japonés Nikkei que «la ropa es una necesidad de la vida».