El regreso de un vuelo que cubría la ruta Calgary-Londres y el desvío de otro que se dirigía a Toronto procedente de Varsovia, ambos incidentes ocurridos la semana pasada y provocados por pasajeros rebeldes, “son solo los últimos ejemplos de un problema que preocupa a las aerolíneas y los gobiernos” (La aplaudida actuación de los ocupantes de un avión de Ryanair con un viajero conflictivo).

“Estamos hablando de un pequeño número de pasajeros cuyo comportamiento ingobernable y perturbador tiene un impacto desproporcionado para la tripulación, otros viajeros y compañías aéreas”. Así lo advierte la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que confía en que la proliferación de casos registrados en los dos últimos años ayude a “atajar de una vez por todas” esta problemática.

Con este objetivo, el lobby aéreo y la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) presentarán un documento ante la asamblea trienal de la OACI, que reunirá en Montreal del 27 de septiembre al 7 de octubre a los representantes de sus 193 estados miembros (Un avión de Ryanair aterriza de emergencia en Madrid por un pasajero conflictivo).

El documento establece una estrategia clara para reducir los incidentes. Hace especial énfasis en cuatro medidas que supondrían un antes y un después: eliminar las lagunas jurídicas que impiden que las fuerzas del orden público y los fiscales actuar contra pasajeros conflictivos si la aerolínea está registrada en otro país; revisar urgentemente la legislación para que todos los viajeros rebeldes reciban su castigo; implementar campañas de concienciación e informar de las sanciones a las que se exponen; y apoyar a la industria aérea en las labores de prevención y gestión.

Tim Colehan, subdirector de asuntos gubernamentales de IATA, incide en que “donde los gobiernos, los reguladores y las fuerzas del orden han tomado medidas contundentes, como es el caso de Estados Unidos, las tasas de incidentes de pasajeros ingobernables han disminuido”.