El primer verano sin restricciones en USA luego de la pandemia con hoteles llenos, tarifas altas y caos en los aeropuertos por falta de personal y mayor cantidad de vuelos comienza a decir adiós para dar paso al otoño, que enfrenta un escenario de incertidumbre, inflación creciente y nuevas propuestas.
Desarrolladores con inversiones en Miami y Florida señalan en diálogo con REPORTUR.us que la tendencia al viaje corto, pero seguido, se estabilizará. Ha quedado lejos la idea de las vacaciones largas en múltiples destinos. La mayor frecuencia en los viajes genera que en las temporadas bajas haya mayor movimiento, especialmente de parejas sin familia.
El problema es que las tarifas siguen relativamente altas y los salarios están estancados. “Baja la demanda doméstica porque tras la pandemia mucha gente viaja al exterior porque quiere vivir esa experiencia y la tarifa de los hoteles puede desinflarse. Sin embargo, el piso tarifario de Miami hoy por hoy es mucho más alto que en el 2019. Cualquier hotel en marzo te podía cobrar 300 dólares la noche”, señala uno de los desarrolladores.
A la vez, uno de los segmentos que más creció es el de los nómades digitales, que en general se inclinan por los hoteles boutiques porque ofrecen un servicio vivencial enfocado a la cultura del lugar más allá de la gastronomía, con actividades para socializar y para niños, incluido y cada vez más desarrollado el espacio para teletrabajar (Florida acogerá una nueva innovadora marca hotelera)
El otro, sin duda, es el segmento de alta gama y lujo. “Se proyecta que en este tipo de cliente el gasto será un promedio de 27 mil dólares anuales en 2023”, señala otro referente de la industria. La razón es sencilla: el segmento es elástico, la tarifa no tiene techo y el cliente busca novedad y experiencia (USA: boom de turistas con tarifas disparadas en hoteles y vuelos)