El dulce dominicano tiene un cuerpo y gama de sabores, sobre todo los originados en nuestras frutas, que le permite ser en sí mismo una experiencia al gusto del nativo y el extranjero”.
El postre es la oleada edulcoradamente calórica que genera sensaciones al gusto del instante. Los postres justifican cualquier sacrificio, cualquier jornada, cualquier ilusión propia de la gastronomía de la sacarosa.
El país debe integrar el dulce criollo como un activo fundamental de su oferta turística, que le diferencie y sea parte de una experiencia gastronómica de esas que marcan el gusto y la percepción de sus visitantes.
El postre es la apertura al universo de sabores edulcorados que disfruta el paladar y satisface el alma. Se ha dicho muchas veces, que comer sin disfrutar el postre, no es comer.
La sensación que produce el postre, tras la experiencia de una buena comida, es particularmente gustativa para cada quien. La definición de concepto es: platillo o bocado, generalmente dulce o agridulce que se ofrece al final de una comida o que se puede consumir en cualquier momento como forma de gratificación gustativa.
Hay tres tareas imprescindibles planteadas respecto del dulce dominicano.
1- El Registro Nacional del Dulce que establezca por regiones y provincias, cuáles son los más característicos.
2- Escribir la historia del Dulce Criollo con las recetas de los más importantes como aporte educativo.
3- Declararlo Patrimonio Nacional Dominicano
El dulce no le amarga la vida a nadie. (dicho popular anónimo iberoamericano, registrado por el Centro Virtual Cervantes, de Madrid).
Los dulces del país cumplen con ese imprescindible y maravilloso papel de endulzarnos la vida. Su trascendencia es tal, que deberían ser declarados, en cada país, patrimonio nacional.
Cada nación del mundo, tiene en sus postres la expresión más edulcorada e intensa de su gastronomía.
Dulces locales
En una mirada al país, los postres provienen desde todas sus regiones: el Cibao, el sur y el Este del país, cada uno de los cuales extienden su apetitosa oferta como postres nacionales al gusto de los dominicanos y extranjeros.
Los dulces locales ofrecen un abanico de sabores que cierra el placer de la comida o simplemente se ofrecen y degustas para cualquier momento, merecen ser declarados Patrimonio Nacional Dominicano mediante una ley que les eleve su condición en el marco de la gastronomía nacional. Algunos legisladores deben acoger como propia esta petición. Y esperamos que lo hagan.
Los dulces, desde los que produce en El Seibo Dona Tula, en todas sus variedades de leche.
Desde Higüey, desfilan los tarros plásticos de Concón de Leche de La Otra Banda (Higüey), con una textura crocante, ahogadas en almíbar, proporcionando un universo de sensaciones en cada trozo que se lleva a la boca.
¿Y del Cibao?
Puede ser suficiente, referir el plus de degustación que implica la marca y el parador Las 7 S, (Siglas que quieren decir Sus Seguros Siete Sabores de Sobremesa para Servirles Siempre) en la autopista Duarte – próximo a La Vega- Los dulces las 7 S, surgieron de una combinación en una sola pasta de leche, al agregarle guayaba, pina, naranja coco, higo, lechosa y Batata. Esos siete sabores dieron origen a esta marca.
En la zona de la autopista Duarte, antes de La Vega, la Dulcería Los Rodríguez, una de las franquicias que cubre ya todo el territorio nacional por la tradición establecida. Es una tradición familiar de más de tres décadas de trabajo.
Mirando a Baní, se encuentra la oferta de los dulces Las Tres Rosas y Él Húngaro en la entrada de la Provincia Peravia con una amplia gama de dulces para los diversos gustos: leche sola, leche y coco tierno, el Jalao, las bolitas de coco rallado con melaza,
Desde Puerto Plata, los dulces de Leche Dona Agustina, con su paleta de sabores de leche, coco con leche, coco con batata, coco con piña, Naranja, Jagua ,Lechosa con piña y leche cortada, cajuil, piña sola, guayaba, y el exótico y exquisito dulce de higo.
Los Dulces de Higüey aporta gamas de sabor en sus las pastas de leche en sus variantes de pastas también con dulce de naranja, de guayaba o cajuil.
Las arepas de camino a Constanza y Jarabacoa, que son un símbolo.
Dulces nacionales
Existen dulces que son comunes a toda la nación
El majarete dominicano es un tradicional budín de maíz con leche y especias. Tradicionalmente, el majarete se hace con maíz inmaduro recién cortado, pero no es fácil encontrarlo en todas partes, por lo que he adaptado esta receta al maíz dulce y crudo en mazorca que suele encontrarse en los supermercados.
Habichuelas con Dulce. crema de habichuelas rojas con leche evaporada, leche condensada, leche entera, azúcar, clavo, canela, leche de coco, galleta de leche, mantequilla, vainilla, batata y pasas, se suele consumir mayormente en Semana Santa. Es un postre exclusivo de República Dominicana.
La historia edulcorada
La palabra postre procede del vocablo latino “poster” o “posteri”, que quiere decir “lo que viene después”, por el hecho de que se consume, luego de la comida.
El origen de estos azucarados alimentos se remonta a tiempos inmemorables, pero uno de los postres más solicitados y con historia es el chocolate, de origen americano consumido desde los tiempos de los indígenas aztecas y que sorprendió a los españoles por su sabor y quienes le llamaron Chocolat.