Un viaje internacional, en el que cambiamos de continente, suele ser bastante pesado por el tiempo que nos pasamos volando. Por ejemplo, de Europa a Sudamérica pueden llegar a ser hasta 12 horas seguidas de vuelo, sin contar escalas. Incluso hay un vuelo de Singapore Airlines que dura casi 19 horas y va de Singapur a Nueva York. Toda una locura.

Al final, pasas más de un día viajando y, cuando llegas al país de origen, no sabes ni que hora o día es. El desfase horario requiere todo un periodo de adaptación, tanto a la ida como a la vuelta, que hay que tener en cuenta para poder disfrutar en condiciones de nuestras vacaciones o para llevar mejor el viaje de negocios. Si ya nos afecta el cambio de hora, que sean varias horas de golpe nos arrasan.

El famoso jet lag es un trastorno temporal que suele ocurrir cuando viajamos a través de varios husos horarios en un corto período de tiempo. Esto perturba nuestro reloj biológico y causa síntomas como fatiga, dificultad para dormir, pérdida de apetito, dolor de cabeza, irritabilidad y dificultad para concentrarnos. Los síntomas del jet lag no siempre son los mismos ni tienen la misma intensidad o duración. Incluso también dependen de cada persona y su sensibilidad a los viajes.

No es lo mismo viajar hacia el este que hacia el oeste

Como explican en CNN, también parece influir la dirección del viaje. Muchas personas encuentran que cuando viajan hacia el oeste, “ganan” tiempo y el viaje se hace menos pesado. Esto es porque nos es más fácil sincronizarnos con los relojes locales al viajar hacia el oeste, según el cambio de hora que haya en el país. Es por ello que, cuando tenemos un viaje largo, en el propio avión nos dan la cena, la comida y el desayuno en función de la hora local del destino del viaje, para ayudarnos a adaptarnos.

Existen consejos que puedes seguir para que el jet lag no te afecte mucho

Un consejo que ofrecen los viajeros experimentados a la hora de combatir el jet lag es ir adaptando nuestros horarios a los horarios del destino antes de viajar. Cambiar la hora de las comidas y la hora a la que nos acostamos y levantamos puede ayudar bastante. Otro truco es que, cuando te subas al avión, debes cambiar la hora de tu reloj a la hora local de tu destino. De esta manera, te irás acomodando al nuevo horario sin darte cuenta.

Durante el vuelo, intenta no consumir cafeína ni alcohol, porque ambas sustancias influyen directamente en tu hidratación y en tus ritmos circadianos y te costará más dormirte. Una vez llegues a tu destino, vete a dormir según el horario local, aunque te cueste dormirte. Si lo necesitas, puedes dar alguna cabezada durante el día, pero no más de 30 minutos.

Come poco y toma el sol

Si el jet lag te afecta al estómago, prueba a ir comiendo poco a poco, sin forzar al cuerpo. Intenta comer comidas sencillas al principio, sin picante o sin experimentar con ingredientes exóticos. Y lo más importante, permite que tu cuerpo reciba la luz del sol, porque el reloj biológico es sabio y se adaptará fácilmente al cambio en cuanto note la luz solar.