Una ciudad con tanta historia y belleza que el turista puede sufrir el sindrome de Stendhal

Una ciudad con tanta historia y belleza que el turista puede sufrir el sindrome de Stendhal
Una ciudad con tanta historia y belleza que el turista puede sufrir el sindrome de Stendhal

A partir del siglo I a.C. se empezó a formar un trasiego continuado de mercancías entre Oriente y Occidente que desde China pasaba por Mongolia, Asia Central, Persia, India, Arabia, Siria, Turquía y Europa Occidental. Ida y vuelta. Comerciantes chinos transportaban sedas, porcelanas, pieles, té y especias… y volvían con oro, plata, piedras preciosas, lana… Pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen acuñó el término ‘Ruta de la Seda’. Más recientemente, en septiembre de 2013, el presidente chino Xi Jinping propuso la creación de una nueva Ruta de la Seda que bautizó como ‘La Franja y la Ruta’. Macroproyecto comercial que afecta a unos sesenta países (la franja) a lo largo de un camino (la ruta) que más o menos sigue el trazado de la antigua Ruta de la Seda. Tras los peores años de la pandemia, el plan renace con fuerza y Uzbekistán juega un papel muy importante.

En los últimos años el turismo ha crecido en este país de forma exponencial, sobre todo desde que se eliminaron en 2019 los visados de entrada de muchos países, entre ellos España. Se prevé que de los dos millones de turistas que llegan a Uzbekistán actualmente se pase a más de nueve millones en cinco años. Si se cumplen estas previsiones, la infraestructura de la ciudad sobrepasará su aforo máximo, por eso el gobierno ha creado un gran complejo turístico, el mayor de Asia Central, al que han llamado Silk Road Samarkand. Unas 260 hectáreas en el este de la ciudad en torno a ocho grandes hoteles de lujo.

Pero la joya de todo este complejo turístico se llama Bokiy Shahar (Ciudad Eterna) que, como surgida de uno de los episodios de ‘Las mil y una noches’, recrea edificios históricos de todo Uzbekistán a tamaño natural con una verosimilitud tan asombrosa que de no saber que están construidas hace unos meses, creeríamos que son originales perfectamente restaurados.

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La Ciudad Eterna no es Disneylandia, puestos a buscarle similitudes podríamos decir que se parece más al Pueblo Español de Barcelona, por ejemplo. Es una ciudad viva diseñada por el artista uzbeco Bobur Ismailov, en la que se han recreado monumentos, mezquitas, madrasas, tiendas, restaurantes… Edificios cubiertos de azulejos a menudo con cúpulas turquesas, el color nacional.

Casi tres mil años de historia

Se han dicho tantas cosas de Samarcanda que cuesta trabajo ser original. ‘La Joya de Oriente’, ‘La Ciudad Azul’, ‘El Espejo del Mundo’, ‘La Belleza de los países terrestres’ (‘The Beauty of sublunary countries’), ‘La Roma de Oriente’, ‘La Tierra de los Científicos’… Cualquier descripción se queda corta para definir a esta ciudad geográficamente situada a medio camino entre Roma y Pekín. Samarcanda, literalmente Fuerte de Piedra, es uno de esos lugares con una resonancia especial, mítica, mágica. No se tiene constancia de que nadie que haya llegado hasta ella no haya quedado abrumado por lo que ha visto. Una de las ciudades más antiguas de las que han sido habitadas sin interrupción hasta hoy, en 2007 celebró su 2.750 aniversario. Fue capital de Tamerlán en el s.XIV. Y conserva asombrosos edificios, auténticas maravillas. Pero la ciudad no es un conjunto homogéneo histórico-monumental, los edificios singulares son como islas en medio de un mar de bloques anodinos construidos en la época de la Unión Soviética, sencillos, funcionales pero poco estéticos.TAMBIÉN AQUÍ HAY 3.000 AÑOS DE HISTORIA

La madrugada que pocos peregrinos conocen en una de las ciudades más impactantes del mundo

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J. F. ALONSO

Cientos de fieles y curiosos interesados por la historia emprenden cada día un viaje por los lugares donde predicó Jesucristo hace dos mil años, desde Galilea al Santo Sepulcro, en Jerusalén. Así es la ruta y la emoción con la que la viven

Casi todas las visitas empiezan por la plaza de Registán, uno de los conjuntos arquitectónicos más prodigiosos del planeta. Su nombre significa Arenal y hoy no está cubierta de arena, sino enlosada. Si miramos hacia el norte (postal más habitual), la plaza está rodeada por tres imponentes madrasas (escuelas coránicas) que sin duda fueron definitivas a la hora de que en 2001 la Unesco incluyese a la ciudad en su lista de Patrimonio Mundial. A nuestra izquierda se levanta la Madrasa Ulugbek. Enfrente está la Madrasa Sher Dor, que casi parece el reflejo de la anterior y cerrando la plaza se encuentra la Madrasa Tilla Kor, construida la última de las tres en el lugar en el que había un caravasar, una posada en la que los arrieros y los animales de las caravanas podían comer y pernoctar.

Imagen principal - En la foto superior, el Mausoleo Shah i Zinda (en persa 'Rey Viviente'). Lo más llamativo es una estrecha calle donde se alzan a ambos lados veinte suntuosos edificios de los siglos XI al XIX. A la izquierda, el Complejo Silk Road Samarkand con el telón de fondo de los Montes Fann de la cordillera de Pamir. A la derecha, una quimera (monstruo imaginario) a la entrada de Buyuk.
Imagen secundaria 1 - En la foto superior, el Mausoleo Shah i Zinda (en persa 'Rey Viviente'). Lo más llamativo es una estrecha calle donde se alzan a ambos lados veinte suntuosos edificios de los siglos XI al XIX. A la izquierda, el Complejo Silk Road Samarkand con el telón de fondo de los Montes Fann de la cordillera de Pamir. A la derecha, una quimera (monstruo imaginario) a la entrada de Buyuk.
Imagen secundaria 2 - En la foto superior, el Mausoleo Shah i Zinda (en persa 'Rey Viviente'). Lo más llamativo es una estrecha calle donde se alzan a ambos lados veinte suntuosos edificios de los siglos XI al XIX. A la izquierda, el Complejo Silk Road Samarkand con el telón de fondo de los Montes Fann de la cordillera de Pamir. A la derecha, una quimera (monstruo imaginario) a la entrada de Buyuk.

LUGARES MÍTICOS En la foto superior, el Mausoleo Shah i Zinda (en persa ‘Rey Viviente’). Lo más llamativo es una estrecha calle donde se alzan a ambos lados veinte suntuosos edificios de los siglos XI al XIX. A la izquierda, el Complejo Silk Road Samarkand con el telón de fondo de los Montes Fann de la cordillera de Pamir. A la derecha, una quimera (monstruo imaginario) a la entrada de Buyuk. PILAR ARCOS

Síndrome de Stendhal

No muy lejos, en el noreste de la ciudad, está el Mausoleo Shah i Zinda (en persa ‘Rey Viviente’). Lo más llamativo es una estrecha calle que posee a ambos lados veinste suntuosos edificios de los siglos XI al XIX, once de los cuales son tumbas de algunos parientes de Tamerlán. Si la plaza de Registán y su solemne amplitud es impresionante, esta calle puede que lo sea aún más ya que el visitante la recorre entre edificios de hasta 40 metros de altura que casi parecen tocarse allá arriba. Dicen que en el edificio principal, a la entrada, está la tumba de un primo de Mahoma, de ahí el nombre de todo el complejo.CHINA: OTRO GRAN VIAJE

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FERNANDO PASTRANO

El Gran Canal de China, con 1.794 kilómetros de longitud, empezó a construirse en el siglo V a. C. y une las ciudades de Pekín (Beijing) y Hangzhou

Un nuevo sobresalto estético nos espera en el Mausoleo de Tamerlán. Gur e Amir (literalmente, ‘Tumba del Rey’) nos hace caer de lleno en el llamado síndrome de Stendhal, una serie de síntomas de apabullamiento producidos por la saturación tras contemplar muchas maravillas estéticas en muy poco tiempo. Las características de este edificio: gran portada, cúpula bulbosa, cuatro alminares, cripta con sepulturas… hacen que se le considere el precursor y modelo de la gran tumba de Humayun en Delhi y del famosísimo Taj Mahal en Agra, ambos construidos dos siglos después por un descendiente de Tamerlán. Aquí está su sepulcro, el de sus hijos, nietos y otros familiares, e incluso el de su más querido maestro.

Nuevo escenario y nueva sorpresa. La mezquita de Bibi Khanum es una de las más grandes del mundo, fue empezada a construir en 1399 por orden de Amir Timur (El Gran Tamerlán) en honor de su esposa favorita, Bibi Khanum, tras volver victorioso de una campaña en la India. Antes de que estuviera acabada, Timur tuvo que salir de nuevo a guerrear, lo que fue aprovechado por el arquitecto mayor para tratar de conseguir los favores de la jequesa, a lo que esta se negó. Sin embargo el acosador consiguió robarle un beso en la mejilla. Fruto de ese pecado a Khanum le salió una verruga en la cara que tapó con un pañuelo que nunca se quitaba. Volvió Tamerlán a Samarcanda y descubrió el pastel. Y dicen que promulgó la orden de que todas las mujeres llevasen la cara tapada con un pañuelo para evitar tentaciones.

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