El evocador Mesón Pata e’ Palo

El evocador Mesón Pata e’ Palo
El evocador Mesón Pata e’ Palo

Limitando el espacio de construcción, en donde se levantaba el palacio del virrey don Diego Colón, hacia 1510, surgió un caserío de manera espontánea, para acoger, fundamentalmente, al personal hispano que se ocupaba de la erección del Alcázar.

Este caserío, al no disponer de grandes espacios para su construcción, se levantó pareando el número de las viviendas que fueron necesarias para acoger aquel personal, ocupado en la construcción del Palacio Virreinal, además de los viajeros que llegaban en las carabelas desde la metrópoli y aquellos que retornaban de sus jornadas de navegación, descubriendo un mundo desconocido.

El ambiente interior, con la escalera de madera.

Estas viviendas fueron definidas por su altura, la que difiere de su anchura. Vistas rápidamente desde cierta distancia, estas casas destinadas a hospedajes y tabernas, dan la impresión de tener tres niveles, en vez de los dos de todo el caserío.

Desde inicios del siglo XVI, hasta la fecha, estas viviendas, pasaron de una generación a otra, cambiando de propietarios, en el curso del tiempo. Algunas se mantuvieron como hogares familiares, hasta época bastante reciente, en que el uso del territorio, fue exigiendo, por motivos del turismo creciente, la restauración de las mismas, para destinarlas a un nuevo uso.

Esta serie de construcciones, hoy en día, están dedicadas a albergar hostales y restaurantes, en donde la estrechez de los ambientes, es fácilmente adaptable a espacios destinados a la gastronomía. De este abigarrado caserío, se destacan algunas de las viviendas por su elaborado interior.

Los propietarios de los negocios han buscado soluciones, aprovechando el exterior circundante, convirtiéndolo en un encantador espacio al aire libre, para deleite de los comensales, con la vista del majestuoso Palacio Virreinal y la magnífica plaza que lo precede.

Muebles elegantes y modernos ambientan el recinto.

A lo lejos, pueden observar la Puerta de Don Diego, la muralla circundante y la ría del Ozama, a sus pies.
Dentro del conjunto de edificaciones, una en particular, se destaca por la acertada solución en el uso de los interiores y los materiales utilizados.

Se trata del restaurante Pata e’ Palo. La puerta de entrada al restaurante, está definida por un sistema de jambas y dinteles de piedra coralina.

En la segunda planta, se destacan las ventanas, dotadas de pequeños balcones de hierro, soportados por grandes ménsulas en saledizo. Se encuentra limitada hacia lo alto, por un antepecho de piedra coralina, de forma muy sencilla.

En el interior de la edificación, en general, el conjunto está realizado en ladrillo artesanal y agregados de piedras en los basamentos.

Las escaleras que comunican los dos niveles son puramente utilitarias, ya que no existe mucho espacio para rampas espaciosas. Sin embargo, la estrechez y la altura, las convierten en elementos escultóricos, en donde se destacan los materiales utilizados, como ladrillos, losas de arcilla, cerámica, madera y hierro.

La austera fachada con el balcón en saledizo.

Los elementos funcionales como las lámparas de iluminación, dan un toque escultórico a los interiores, lo que ha hecho posible que el tamaño de algunas luminarias colgantes, tengan una dimensión mayor que la necesaria, debido a su valor ornamental.

La comunicación entre los ambientes se realiza por medio de vanos coronados por arcos rebajados, algunos en tapia, otros en ladrillo. Por escasez de espacio, no hay hojas de puertas, en los interiores.

En el ambiente donde está situada la escalera de madera, de un solo tramo recto, aparece una puerta, en el segundo nivel que asoma a la primera planta, por medio de un balconcete, con un barandal de hierro. Lo que da una idea del destino que tuvo originalmente la vivienda, como taberna y mesón.

En uno de sus muros cuelga una reproducción hecha en óleo, que presenta un aspecto de la ciudad histórica de Santo Domingo que mira a la ría del Ozama.

Restauración

El responsable de este interesante y evocador trabajo de restauración y ambientación interior del establecimiento gastronómico, fue don Luis Bróker, ciudadano holandés, quien se enamoró del país y de su zona histórica, a tal punto que se estableció entre nosotros.

A don Luis Bróker corresponde la introducción de todos los muebles y accesorios para acentuar la belleza de los espacios, así como los diseños de las lámparas, realizadas en hierro forjado.

Nuevas manos

A pesar de que realizó la venta del establecimiento a nuevas manos, no deja de acudir allí y preocuparse porque todo en el mesón, que acogió a tantos personajes históricos, siga conservando su enorme atractivo.

Doña Mireya Dujarric, encargada en la actualidad de la direcciona del establecimiento, accedió gustosamente a darnos datos e información, en compañía de don Luis Bróker. Nos encontramos en deuda con tan gentiles anfitriones, en Pata e’ Palo, una perfecta muestra del nuevo y digno uso que se le está dando a las viviendas del centro histórico.

Ambiente

—Comedor privado
En el segundo nivel de Pata e’ Palo, disimulado a través de un muro realizado en tapia, existe un comedor privado, con una mesa para múltiples comensales, con un gran sentido de privacidad, respecto al resto de los ambientes.