Las aerolíneas de América Latina van dejando atrás el impacto de la covid, aunque con algunas bajas. Los elementos básicos son las fusiones y sus planes de expansión. En los últimos 18 meses, tres de las principales aerolíneas de Latinoamérica se libraron de la quiebra. Fue el caso de la chilena Latam (creó una empresa conjunta en 2022 con Delta que le inyectó 1.900 millones de dólares, y ahora planea abrir 36 nuevas rutas), Avianca (Colombia) y Aeroméxico. Otras como las brasileñas Gol (American Airlines compró un 5% el año pasado por 200 millones) y Azul consiguieron refinanciar su deuda y rebajar la presión de los acreedores.
Aunque el balance económico mezcla el verde y el rojo. La IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) calcula que las aerolíneas obtendrán un beneficio neto de 9.800 millones de dólares (unos 9.000 millones de euros) este año. En otras alturas —las líneas aéreas de América Latina y el Caribe— perderán más de 1.400 millones, casi unos cinco dólares por pasajero. Este ejercicio, cuatro compañías ya no vuelan —Aeromar, Viva Colombia, Viva Air Perú y Ultra Air— por problemas financieros. Pese a estas cifras rojas y los cierres, “la demanda continúa siendo fuerte, las aerolíneas gestionan bien su capacidad y los resultados operativos les permiten recuperar parte de las cuantiosas pérdidas de la pandemia”, sintetiza un portavoz de la firma de análisis de datos OAG (Official Aviation Guide).