A lo largo de la península ibérica podemos encontrar multitud de pueblos que, a pesar de sus pequeñas dimensiones, guardan un encanto y un atractivo enorme. La gran mayoría se enclavan en sitios de montaña o entre valles, convirtiéndose en referentes del turismo rural gracias a la cantidad de actividades que ofrecen. Pero más allá de eso, guardan curiosidades únicas que aumentan más si cabe su valor.
En Zamora, justo en la frontera con Portugal, se ubica una de estas localidades que es todo un enigma. Se trata de Rihonor de Castilla, un pueblo que pertenece al municipio de Pedralba de la Pradería, y que guarda una peculiaridad, pues forma unidad con el pueblo portugués de Rio de Onor. En nombre se debe al río que cruza la localidad.
Aunque se pueda pensar que son dos pueblos independientes, son en realidad el mismo dividido por la línea fronteriza, conocida como La Raya. De hecho, los vecinos de la localidad denominan de forma diferente a la parte española y la portuguesa: povo de cima y povo de abaixo respectivamente (“pueblo de arriba” y “pueblo de abajo”).
Ante esta incógnita, acudimos a la historia para explicar esta particularidad. Todo comenzó cuando Alfonso Enríquez I de Portugal y Alfonso VII de León firmaron el Tratado de Zamora en 1143. Este acuerdo supuso la creación del reino de Portugal, y en los años venideros los diferentes conflictos bélicos terminaron por dividir la localidad en los pueblos de Rihonor de Castilla (España) y Rio de Onor (Portugal).
Rihonor de Castilla, entre España y Portugal (Wikimedia).
Incluso hubo varias batallas entre el reino de León y el de Portugal por el control de la frontera. No fue hasta el siglo XIII cuando la situación quedó como la conocemos hoy en día. Así, el viajero que visite la localidad puede observar como los habitantes hablan dos idiomas, o hasta en alguna ocasión las personas mayores practican el rionorés, un dialecto del leonés. También destaca por tener dos husos horarios y por solo tener un bar en la parte portuguesa, por lo que para comer hace falta traspasar la frontera.
A su vez, la arquitectura popular cobra gran importancia en la localidad, pues en la visita el viajero puede observar las hermosas casas tradicionales levantadas en piedra y pizarra. Igualmente, la iglesia de Santa María se alza en lo alto del municipio y paseando por sus calles se puede llegar hasta un pintoresco molino comunal.
El viaje desde Zamora es de alrededor de 1 hora y 25 minutos por la carretera N-122 (este trayecto pasa por Portugal). Por su parte, desde Braganza el trayecto tiene una duración estimada de 30 minutos por las vías por N218-3 y EN308.
