Las quejas sobre el cobro del equipaje de mano como un extra al comprar un billete de avión es habitual desde hace años. Pasajeros, organizaciones de consumidores e incluso el propio Ministerio de Consumo se han pronunciado varias veces en contra de esta práctica, que consideran «abusiva» para los viajeros.
Sin ir más lejos, el departamento que dirige Alberto Garzón abrió el pasado agosto un expediente sancionador a varias aerolíneas de bajo coste por cobrar una cantidad adicional por viajar con equipaje de mano en la cabina. «A través de esta práctica de desgajar servicios tradicionalmente incluidos en el precio del billete y cobrar al pasajero un suplemento por ellos, estas compañías ofrecen en su publicidad precios muy competitivos», apuntaron desde Consumo, insistiendo en que este precio inicialmente ofertado en la publicidad «no se corresponde en la mayoría de los casos, como consecuencia de estas prácticas, con el precio que finalmente acaba pagando el consumidor».
El pleno del Parlamento Europeo ha pedido en una resolución que no es vinculante para las aerolíneas normas uniformes y coherentes sobre el equipaje de mano
Aunque los pronunciamientos de los tribunales a este respecto han sido claros, tanto a nivel autonómico como europeo, la práctica sigue extendida entre muchos operadores aéreos. Ya en septiembre de 2014, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentenció que el equipaje de mano debe considerarse como «un elemento indispensable del transporte de los pasajeros» y que el mismo, «por consiguiente, no puede ser objeto de un suplemento de precio de las compañías», siempre que «responda a las exigencias razonables relativas a su peso y dimensiones y cumpla con los requisitos de seguridad».
Ahora, Estrasburgo presiona a Bruselas para que regule el cobro del equipaje de mano. En concreto, a mediados de la semana pasada el pleno del Parlamento Europeo aprobó por unanimidad una resolución que reconoce el derecho de todos los pasajeros de la Unión Europea a llevarlo consigo sin coste adicional. Una resolución que nació en el seno de la Comisión de Peticiones (PETI).
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«Cualquier ciudadano europeo o entidad jurídica puede presentar una petición, queja, mejora o iniciativa. En este caso, se presentó una petición de un ciudadano alemán que ponía el foco en la jurisprudencia europea de 2014, que ya dijo que en el precio del billete tiene que ir incluido el equipaje. Hicimos una resolución para convertir la petición de este ciudadano en una resolución del Parlamento Europeo, donde iban tres cosas: reclamábamos a la Comisión Europea que hiciera cumplir la jurisprudencia de la UE; pedíamos estandarizar las medidas de la maleta incluidas en el precio; y transparencia, tanto en los precios como en las medidas», explica la presidenta de la comisión de Peticiones, Dolors Montserrat, en conversación con ABC.
En el Parlamento, la resolución se aprobó por unanimidad. No obstante, reconoce Montserrat, «es una decisión política, no legislativa». Ahora, la pelota ha llegado a Bruselas, al tejado de la Comisión Europea. «La Comisión, cuando ve un punto así en el pleno aprobado por unanimidad, toma nota», apunta. Por eso, en Estrasburgo confían en que la revisión del reglamento de 2008 sobre servicios aéreos incluya esta resolución. «Desde 2008, se han llevado a cabo evaluaciones, pero la revisión estaba prevista entre 2021 y 2022 y aún no se ha hecho. Nosotros vamos a hablar con la Comisión porque queremos que incluyan esta aprobación unánime del Parlamento», apunta Montserrat, que insiste: «En el Parlamento Europeo no paramos de empujar. Nos tiene que presentar de una vez por todas esta revisión, que en el precio esté incluido la maleta de mano. No puede ser que en el mercado único europeo haya tantas diferencias en las tarifas. Hay unanimidad dentro de las fuerzas políticas».
Conocida la resolución del Parlamento Europeo, desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) recalcan que «no es vinculante, es decir, no es firme, y por tanto las compañías aéreas no están obligadas a cambiar su política de equipaje de mano en cabina».
La patronal de las aerolíneas detalla que «las prácticas comerciales como el cobro de maleta en cabina son perfectamente legales y están amparadas en el Reglamento Europeo 1008/2008 que establece la libertad de fijación tarifaria». «El pasajero siempre tiene conocimiento del precio del vuelo que ha seleccionado desde el inicio, pudieron elegir los servicios que precisa y acabar pagando por los que necesita», argumentan, detallando que estas prácticas «responden al principio de dar capacidad de elección a los consumidores, de forma que cada consumidor, en cada momento, pueda elegir lo que necesite».
Insisten desde ALA en que «debe tenerse en cuenta que hay muchos pasajeros que viajan sin equipaje de mano, que en el caso de alguna compañía aérea supone hasta el 40% de sus clientes», apuntan. «También es una cuestión operacional, hay una tendencia a llevar la maleta en cabina y no facturar, pero los aviones no tienen capacidad física para acoger todas las maletas pequeñas de todos los pasajeros. Si supera la capacidad, deben llevarse a bodega, lo que puede provocar demoras en la salida».
