Acababa de leer una noticia interesante en “Voice of America”, una publicación online pagada por el Gobierno de los Estados Unidos. Decía que el turismo ha sido una víctima de los terremotos en Marruecos. Buscando en diversas fuentes, la publicación viene a concluir que Marruecos está sufriendo turísticamente por la mala imagen que ha dado el terremoto de hace unas semanas.

Me interesó el tema, de manera que busqué en la red. Y me encontré con otra publicación, cuyo nombre no es nada conocido, que dice que Marruecos ha batido el récord de visitantes en el mes de septiembre, pese al terremoto.

Comprenderán que esté perdido. Ya no sé qué es verdad y qué es mentira. No sé quién paga la segunda publicación, pero tampoco sé si la primera ha ido fina. Porque, en realidad, la verdad tiene muchas caras y podemos buscar ángulos para demostrarlo todo.

Esta es una paradoja de los tiempos actuales: nunca antes habíamos accedido a tanta información y, sin embargo, nunca antes había sido tan difícil saber qué es verdad y qué es mentira. O si todo es verdad o todo es mentira. Y en el medio del baile, el periodismo, hoy invadido por los aprendices, por los publicistas, por los ‘public relations’.

Puestos a dudar, déjenme que dude hasta de mí mismo.