Es complicado entender por qué Marruecos está disparándose en los mercados turísticos. Sin embargo, sus éxitos no paran. Tal vez tenga que ver la campaña “Tierra de la Luz”, que pretende ser un gancho para el viajero. Sea como fuere, octubre acabó con un aumento del 39 por ciento en el número de viajeros sobre el mismo mes del año pasado. Ni los terremotos han limitado la capacidad de expansión de este país (Marruecos espera doblar el turismo gracias al mundial de fútbol).
¿Y saben cuál de sus países emisores es el que tiene el mejor comportamiento? Pues el vecino del norte: España envió un 64 por ciento más viajeros que otros años en el pasado, en parte porque las conexiones aéreas (low cost, por supuesto) se han disparado.
La ministra de Turismo, Fatima Zahra Ammor, dice que “estamos en vías de conseguir captar más de 14 millones de turistas”, que era el objetivo del país para este año. Ya septiembre había sido un mes récord, pero es que va casi todo el año estupendamente.
Sin embargo, socialmente ha habido problemas porque el Covid ha sido terrible. Las infraestructuras no están en las mejores condiciones para garantizar su control de manera que hubo problemas, acelerados por una política pública extremadamente restrictiva para las entradas, que aisló al país durante más de dos años. Socialmente eso fue demoledor.
Marrakech, sorprendentemente, se ha convertido en muchos ámbitos en un destino de moda, al nivel de Bangkok o Edimburgo. Ciertamente, la combinación de razones lo justifican.