Tengo que hablarte de un sueño, de un lugar muy hermoso y único, debido a su relieve, su color y el encanto de su entorno. Es un paraíso terrenal, como lo expresó Cristóbal Colón al describir La Española en su Diario. Un lugar fantástico, suavemente árido, escondido en los palenques del arenal y las rocas calcáreas de Cabo Rojo, entre la bruma de los cactus y los matojos. No tengo adjetivos para describirlo, simplemente está colocado en el mismo trayecto de la magia y el amor primigenio de la madre naturaleza. Ese lugar es Bahía de las Águilas.
Se halla en el sur más profundo de la “media isla”, a unas seis horas de viaje en vehículo desde Santo Domingo. Para llegar a este lugar inolvidable, tendrás que adentrarte en la carretera del sur y pasar por Barahona. Lo primero que emociona es el trayecto por la costa de esta provincia, productora de plátanos y larimar, que no solo es hermoso, sino sugestivo, pues el viajero siente el profundo deseo de pararse a disfrutar de esas vistas panorámicas. La costa es fotografiable y edifica el alma de quienes aman la belleza del paisaje, los relieves montañosos y la brisa del mar.
Antes de llegar a la Cueva de los Pescadores, en Pedernales, tendrás que pasar por un desierto inmenso, próximo a la Laguna de Oviedo. Si abres las compuertas de tus sentidos sentirás el aleteo de la soledad, mientras el vehículo se desplaza.
En el recorrido podrás apreciar la planicie del aquel bosque seco, junto a la vastedad del cactus que reverbera mientras los insectos, las iguanas y las lagartijas se esconden en sus raíces calientes y polvorientas al sentir la presencia de los extraños. Es tierra desolada, solariega, de nadie. Bahía de las Águilas se encuentra ubicada en Cabo Rojo, Pedernales. Más que una playa extensa digamos que es un muro de corales y una ensenada marina con una impresionante biodiversidad. Al respecto, el Ministerio de Turismo afirma en su portal:
“Con sus aguas cristalinas de color turquesa y sin hoteles, tiendas o restaurantes, esta playa de ocho kilómetros de color blanco diamante es reconocida como la más hermosa de República Dominicana. Protegida como parte del Parque Nacional Jaragua, Bahía de Las Águilas está rodeada de un impresionante paisaje kárstico”.
No solo es la playa más cristalina, sino también la más hermosa de República Dominicana según el testimonio de los visitantes.
Después de comprar los tickets de acceso debido a que es un parque nacional, tendrás que tomar un bote para llegar a la playa en cuestión. En caso de no quererlo, puedes permanecer en la orilla de la primera playa conocida como Los Pescadores, a pocos metros hay restaurantes, si sientes la tentación de quedarte podrás pernoctar y acampar frente al mar, mientras disfrutas del agua calmada, la brisa o el beso de las avispas haitianas, que son pequeñas y por lo visto inofensivas.
En esta playa sentirás que estás flotando sobre el agua y que el cielo está más cerca de tu boca, al menos fue lo sentí. Es una experiencia formidable y espiritual. El recorrido en bote hacia Bahía de las Águila también es una experiencia fantástica. La brisa húmeda y salada no entorpece la aventura, ya que la embarcación serpentea, salta y se desplaza entre senderos estrechos, por entre las rocas y grandes farallones. Debe apuntarse que tal como han afirmado los entendidos en la materia, esta es la zona de mayor biodiversidad del país y donde se dan los más pronunciados contrastes en la naturaleza.
Muy cerca de Bahía de las Águilas, podrás hallar otros atractivos turísticos y especiales, como los Pozos de Romeo y el Hoyo de Pelempito. Este último lugar es parte de una geografía accidentada, pero sobre todo es el espacio de un ecosistema fascinante en que abundan las aves y especies diversas residentes de la Sierra de Bahoruco.
Tuve la dicha de conocer este lugar gracias una excursión que hicimos en Quieroloma. La experiencia fue maravillosa y memorable como puede apreciarse en el video que aparece en nuestro canal de Youtube. Aquí te dejo el enlace, en cualquier momento volveremos:
