El efecto turístico del cambio climático: es pronto, pero se vislumbra una tendencia

El efecto turístico del cambio climático: es pronto, pero se vislumbra una tendencia
El efecto turístico del cambio climático: es pronto, pero se vislumbra una tendencia

Según Mabrian, es demasiado pronto para determinar si los viajeros preferirán pasar sus vacaciones en los países del norte de Europa, aunque se puede observar «una tendencia relativa que muestra un aumento del interés».

Las consecuencias del cambio climático están afectando a todas las regiones del mundo, lo que está teniendo un efecto también en el apartado turístico de los destinos. Y es que se están comenzando a ver algunas modificaciones en las elecciones de lugares por parte de los turistas, como se ha podido observar en cierta medida durante el último verano debido a las sucesivas olas de calor.

No obstante, dicha tendencia ya se avisaba en 2007 cuando la OMT en conjunción la Organización Meteorológica Mundial, a través de su informe ‘Cambio climático y Turismo: Responder a los retos mundiales’, afirmaba que «las modificaciones en la duración y la calidad de las estaciones turísticas determinadas por el clima, en el caso por ejemplo del Turismo de sol y playa o de las vacaciones centradas en los deportes de invierno, podrían incidir decisivamente en las relaciones de competencia entre destinos y, por consiguiente, en la rentabilidad de las empresas turísticas».

«Es muy probable que las condiciones climatológicas que atraen el Turismo se desplacen hacia latitudes y altitudes superiores. De ese modo, está previsto que pierdan posición competitiva algunas zonas turísticas populares, como puede ser el Mediterráneo en verano, mientras que se cree que otras experimentarán mejoras, como el sur de Inglaterra o el sur del Canadá», añadían.

Junto a esto, destacaban que era probable que «se modifiquen varios fenómenos meteorológicos extremos como consecuencia de los cambios climáticos previstos, en particular un aumento de las temperaturas máximas y temperaturas diurnas más calurosas en casi todas las extensiones de tierra. Este cambio, unido a otros, afectarán al Sector Turístico dañando la infraestructura en mayor medida, exigiendo medidas suplementarias de preparación para situaciones de emergencia, elevando los gastos de explotación e interrumpiendo la actividad comercial».

Toda esta coyuntura tiene una especial importancia en los países del Mediterráneo ya que las economías de España, Italia y Grecia están muy ligadas a la salud de su industria turística. En Italia, el Sector representa el 13% del PIB, en España la contribución del Turismo al PIB es del 12% y en Grecia es aún mayor, del 21%, según los datos de la empresa tecnológica Mabrian.

En España, el 47% del gasto internacional se concentra en el verano, mientras que los meses de enero a abril representan sólo el 21% de este gasto. Esto pone de relieve su marcada estacionalidad y dependencia también del clima de ese periodo. Cabe destacar que el indicador de satisfacción general de un destino se basa en los índices de hospitalidad, producto, percepción de seguridad y percepción del clima, por lo que cualquier cambio en uno de los cuatro indicadores influirá en la satisfacción general atribuida a un destino.

En este caso, cuánto más calor y más altas son las temperaturas, peores son las opiniones de los viajeros respecto a los destinos ya que su estancia allí empeora en todos los sentidos, pudiendo incluso llegar a cancelar algunas de sus actividades. En Italia se observa que, si en los meses de julio y agosto la percepción del clima estuvo en una media de 89 puntos sobre 100 en 2021, en 2022 la media fue de 86. Esto se debe a que fue el verano más caluroso de toda la historia de Italia.

Algo que se puede ver también en España y en Grecia: la percepción climática es en promedio 2,6 puntos menor en España e incluso 5,4 puntos menor en Grecia entre 2021 y 2022. El peligro es que, si se continúa con esta dinámica y la valoración del destino cada vez es peor, la satisfacción general disminuirá y los viajeros podrían terminar dejando de visitar el destino. Sin embargo, actualmente esta no es la situación, ya que no se detecta una caída en percepción climática tan importante como para que esté afectando a la demanda real de estos países.

Eso sí, se debe señalar que las búsquedas de vuelos de los italianos a destinos en el norte de Europa registraron un aumento significativo entre 2023 y 2019. Para viajar entre julio y agosto de 2023, las búsquedas de vuelos aumentaron un 13% para Suecia y disminuyeron un 22% para España, datos que pueden vislumbrar una tendencia.

Intención de viaje y factor económico

En lo que se refiere a la futura intención de viaje, según la European Travel Comission (ETC), los turistas españoles e italianos son los más ansiosos por viajar, con un 75% de probabilidades de hacerlo antes de marzo de 2024. El entusiasmo también es alto entre los encuestados británicos y polacos, ambos 73%. Además, la mayoría de los viajeros europeos están planeando un viaje de placer (69%) o tienen la intención de visitar a familiares y amigos (15%).

Por otra parte, durante el verano pasado, en promedio era incluso más barato volar a Grecia y España que a los países del norte de Europa. Además, de media, los precios de los hoteles tienden a ser más atractivos en algunas zonas del Mediterráneo. Entonces, es cierto que el viajero puede elegir su destino de vacaciones en función del clima, pero no se puede olvidar que el factor económico cada vez cobra más relevancia.

En conclusión, todavía es demasiado pronto para determinar si los viajeros preferirán pasar sus vacaciones en los países del norte de Europa, aunque se puede observar una tendencia relativa que muestra un aumento del interés.