En mayo de 2023, un grupo de conservacionistas y carpinteros se unió para iniciar un proyecto singular en Perú: la construcción de la casa en el árbol más alta del Amazonas, situada en Puerto Lucerna a orillas del río Las Piedras. Este esfuerzo, encabezado por Tamandua Expeditions, busca combinar ecoturismo de lujo y conservación, ofreciendo una experiencia única para los visitantes mientras promueve la protección de la selva.
El original proyecto fue posible gracias a la colaboración de Tamandua Expeditions con la Comunidad de las Casas del Árbol, un colectivo global de especialistas en construcciones arbóreas. Utilizando madera de fuentes sostenibles, el equipo enfrentó varios retos que fueron desde el transporte del material por el río hasta el manejo de la fauna local durante la construcción.
La estructura, anclada a un par único de árboles entrelazados, una quinilla blanca y un ficus parásito, demandó una ingeniería y diseño especializados para asegurar su estabilidad y sostenibilidad a largo plazo.Alta Sanctuary, un hito en la arquitectura sostenible de la selva, integra paneles solares y sistemas de agua de lluvia. (Captura: @tamanduaexpeditions)
El enfoque principal detrás de este ambicioso proyecto no solo se centra en ofrecer una experiencia turística excepcional sino también en contribuir a la conservación del Amazonas. Según los líderes de Tamandua y Junglekeepers, otra organización conservacionista involucrada, el objetivo es sensibilizar a los visitantes sobre la importancia de preservar este ecosistema vital, utilizando el ecoturismo como herramienta para fomentar el apoyo a la conservación.
A través de iniciativas como esta casa en el árbol, se busca crear una relación más armónica entre el ser humano y el medio ambiente, demostrando que es posible combinar el desarrollo sostenible con la protección del patrimonio natural.
Además de su contribución a la conservación, el Alta Sanctuary, como se nombró a la casa en el árbol, representa un hito en la arquitectura de construcciones sostenibles en la selva, al combinar técnicas tradicionales y modernas de construcción. La utilización de paneles solares y sistemas de recogida de agua de lluvia, junto con el diseño que se integra respetuosamente con los árboles anfitriones, son testimonio del compromiso del proyecto con el impacto ambiental mínimo.
La colaboración de Tamandua Expeditions y la Comunidad de las Casas del Árbol permite el uso de madera sostenible. (Captura: @tamanduaexpeditions)
La finalización de este proyecto marca un precedente importante en el ecoturismo y la conservación ambiental, debido a que funciona como una alternativa viable que contribuye a la economía local sin comprometer la integridad del ecosistema amazónico. Con reservas ya abiertas al público, Alta Sanctuary espera convertirse en un faro de turismo responsable.
La casa del árbol en Crossville, conocida como la “Minister’s Treehouse”, se construyó sin planos oficiales ni permisos. Horace Burgess, un pastor local, dedicó casi dos décadas a su edificación, empleando principalmente madera reciclada y donaciones.El diseño estructural de la casa era tan único como su historia, ya que Burgess afirmaba haber sido guiado por una visión divina. Según él, “Dios le prometió que nunca le faltaría material” para construir, promesa que, según Burgess, se mantuvo hasta el final de la edificación.
La estructura no solo era notoria por su altura, sino también por su composición interna y funcionalidad. Contenía una iglesia donde se realizaban servicios religiosos y bodas, además de una cancha de básquet en su interior. Las numerosas habitaciones y espacios abiertos servían como lugar de encuentro para la comunidad y visitantes interesados en la singular arquitectura de la casa. La atracción se convirtió en un punto de referencia en Tennessee, a pesar de haber sido clausurada al público en 2012 por no cumplir con los códigos de edificación y seguridad.
El incendio que destruyó la “Minister’s Treehouse” en octubre de 2019 marcó el final de una de las casas del árbol más icónicas y queridas. A pesar de que los bomberos llegaron al lugar, la estructura quedó completamente consumida por las llamas en pocas horas. La noticia del siniestro conmocionó a muchos que habían visitado o escuchado hablar de esta construcción. Aunque la casa del árbol ya no está, sigue siendo recordada por muchos como un testimonio de fe, ingenio y comunidad.