Desafíos en Samaná van más allá de su geografía y promoción

Desafíos en Samaná van más allá de su geografía y promoción
Desafíos en Samaná van más allá de su geografía y promoción

Samaná como polo turístico, se diferencia de otros destinos en República Dominicana donde el sector “hoteles, bares y restaurantes” predomina como principal actividad económica. Entre su oferta orientada a la sustentabilidad y sostenibilidad, ballenas jorobadas como el más importante “activo”, y su diversidad de playas, la provincia tiene sus propios desafíos particulares.

Se trata de retos “peculiares”, debido a que, en teoría, aunque está ubicada en el noreste del país, ocupando completamente la península de Samaná, esta localidad tiene su propia autovía por donde se movilizaron más de dos millones de vehículos en 2023, un aeropuerto internacional (El Catey), que recibió 63,313 turistas en 495 vuelos de los 66,493 que llegaron al país el año pasado, así como un puerto donde se contabilizaron más de 45,016 pasajeros en casi 30 embarcaciones.

Sin embargo, para el propietario del parador La Manzana, Salvador Alcalá, la falta de habitaciones disponibles emerge como un desafío. A pesar de los esfuerzos de promoción turística, la limitada capacidad de alojamiento representa una barrera para el crecimiento sostenible del turismo en Samaná.

La provincia, si bien es el cuarto polo turístico con mayor cantidad de habitaciones hoteleras, alcanzando las 5,256, o un 5.99%, de las 87,723 unidades confirmadas a nivel nacional por Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), estos establecimientos son pequeños hospedajes que apenas llegan a los 50 dormitorios, y solo uno supera las 500 alcobas.

Esta información daría un poco más de contexto a la primera serie de reportajes realizada por este medio, donde las fuentes consultadas explicaban que los “grandes” turoperadores trabajan con un alto número de turistas, y que la provincia no podría dar respuesta al volumen que suele manejar la provincia de La Altagracia, donde hay más de 50,000 plazas, en su mayoría con más de 100 habitaciones, incluso llegando a superar las 1,000.

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Turistas en Cayo Levantado, bahía de Samaná. | Lésther Álvarez.

“Nos hace falta habitaciones para poder competir. Para tener un turismo todo el año”, dijo. No obstante, como se señaló en la tercera entrega de esa serie, la geografía de Samaná impide construir grandes proyectos hoteleros y dificulta la promoción por no poder para un alto volumen de visitas. Pero ¿qué otros retos podrían tener Samaná?

Energía y salud

Quedando claro que el acceso no es un problema, y que, de hecho, el Gobierno está trabajando en remozamiento de la entrada de Samaná, y que el 95% del territorio “tú puedes entrar con vehículo normal”, como dijeron a este medio durante un recorrido de tres días en la provincia, los desafíos son de otra índole.

Entre esos retos, Alcalá destacó la importancia de una planificación cuidadosa del territorio para el desarrollo sostenible de Samaná. En conversación con elDinero, enfatizó la vulnerabilidad del suministro eléctrico, especialmente durante períodos de alta demanda como los fines de semana largos.

Para el empresario, esto plantea preocupaciones adicionales sobre la fiabilidad de los servicios básicos. De hecho, de acuerdo con el “plan para el desarrollo económico local de la provincia Samaná”, elaborado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Mepyd), los problemas energéticos incluyen un impuesto que no está siendo aplicado adecuadamente (costo de energía desigual en la provincia).

La situación se agrava con los elevados precios de la energía eléctrica. “Tenemos dos concepciones, y tres con Edenorte. En la terrena está Luz y Fuerza, donde se pueden pagar RD$17 por kilovatio de luz, El Progreso, en El Limón, en esta zona paga RD$14.95 y en la zona de Sánchez que tiene precio escalonado. Si tú consume tanto y paga equis cantidad”, detalló Alcalá.

La inconsistencia en el suministro eléctrico, especialmente durante períodos de alta demanda, representa un desafío adicional para el turismo en Samaná, dejando a la región vulnerable a apagones y afectando la experiencia de los visitantes.

Los altos costos del peaje, sumado a la energía eléctrica, están desafiando la competitividad turística en Samaná, República Dominicana. Con tarifas de peaje que suman hasta RD$2,000 para viajes de ida y vuelta desde la capital, la región también enfrenta dificultades para atraer visitantes que buscan calidad y precio accesible.

A pesar de estos desafíos, la industria hotelera y los empresarios locales trabajan buscando soluciones, dialogando con las autoridades gubernamentales para abordar estos problemas y garantizar un desarrollo turístico sostenible en Samaná.

Por su parte, Lisette Gil, experta en turismo, destaca la crítica situación de las clínicas rurales en Samaná, donde la falta de atención médica es alarmante, dado el tipo de turismo que se desarrolla: el de retiro y aventura. “Tenemos dos clínicas rurales que están cayéndose. O sea, aquí tú te rompes una pierna, y hay que llevarte a Nagua, San Francisco, o a Santo Domingo, dependiendo de la gravedad”, lamentó.

Ante esta realidad, los turistas y residentes se enfrentan a graves riesgos de salud ante emergencias, obligados a trasladarse a otras ciudades para recibir atención. Todavía más lamentable, para Lisette, es que mientras se construye un palacio municipal, las necesidades de salud básicas quedan en segundo plano, generando preocupación por la seguridad de quienes visitan la zona.

Agua y organización

Para Alcalá, el modelo de negocio que se desarrolla debe migrar hacia un enfoque más tranquilo y menos ruidoso, promoviendo la creación de espacios comerciales que respeten la tranquilidad y el ambiente local.

Desde este último punto de vista, citó la necesidad de una gestión que facilite la instalación de negocios turísticos, priorizando la planificación del territorio y la adecuación a las normativas tanto legales como las necesidades de la comunidad. Este enfoque busca fomentar un desarrollo económico equilibrado que beneficie tanto a los residentes locales como a los visitantes.

La población de Samaná asciende a más 60,000 personas, indica el más reciente censo realizado por la ONE.

En ese sentido, Noemí Araújo, presidenta del Foro Ambiental de Samaná (FAS), destaca la necesidad de una relación más coherente entre el Ministerio de Turismo y el Ministerio de Medio Ambiente. Señala la falta de comunicación entre ambas entidades, lo que genera problemas con los permisos de construcción y desarrollo en la zona. “Urge la aplicación de la ley de ordenamiento territorial para evitar daños irreparables en el medio ambiente, como la deforestación y la alteración de la absorción del agua en las montañas”, señaló.

Araújo expone los desafíos ambientales que enfrenta Samaná, incluyendo el desarrollo de grandes proyectos sin respetar la densidad y haciendo desmontes, lo que amenaza la absorción del agua en las montañas y pone en riesgo los nacimientos acuíferos. También cita la importancia de proteger lugares emblemáticos como el Salto del Limón, cuyo acceso al agua se ve comprometido por la deforestación y el desarrollo no planificado en la zona.

Entre las distintas consecuencias del desarrollo sin planificación, cita unas zonas residenciales sin un adecuado levantamiento del lugar y sin considerar el impacto que tendría su cercanía a al monumento natural para la comunidad local. “Se necesita un mayor orden y control para proteger el desarrollo turístico a largo plazo y evitar poner en peligro el medio ambiente y los recursos naturales de Samaná”, alertó.

Esta situación se extiende en las distintas demarcaciones de la zona. El rápido crecimiento turístico en Las Terrenas y Galeras también está generando preocupaciones debido a la falta de planificación. De las más de nueve mil construcciones autorizadas en el 2023, 142 fueron en Samaná, según datos recabados en la Oficina Nacional de Estadística (ONE).

Uno de los principales problemas es la gestión de aguas residuales, con sistemas ineficientes que solo funcionan en áreas urbanas específicas y con graves deficiencias en su diseño y mantenimiento, señalan las fuentes consultadas. El manejo de residuos sólidos, incluyendo la separación y disposición adecuada, también es una preocupación importante que requiere atención, agregan. A pesar de algunas inversiones públicas, se carece de una estrategia integral para abordar estos problemas de manera efectiva enfatiza Araújo.

Infraestructura humana y desarrollo social

La falta de inversión en infraestructura humana es otro aspecto crítico del desarrollo turístico en la región. A medida que se abren más negocios y se construyen más hoteles, la población local enfrenta desafíos en educación y capacitación citan tanto Araújo como Alcalá.

Para 2018, el 84.2% de las personas que habitan en la provincia sabía leer y escribir. Mientras tanto, el 68.0% de los niños no están inscritos en un centro educativo, el 31.1% está inscrito y asiste regularmente y el 1.0% está inscrito y no asiste.

De acuerdo con la publicación, elaborada por la vicepresidencia de República Dominicana, el 46.5% de las personas que habitan en esa provincia han completado la educación básica, el 30.1% han completado la educación media, el 7.8% la educación universitaria, mientras que el 10.3% aseguran no haber completado ningún nivel de escolaridad.

Los visitas reportadas para ver las ballenas jorobadas en 2023 ascendieron a más 108,000.

Para abordar estos desafíos de manera efectiva, Araújo enfatiza que se necesita una visión estratégica tanto a nivel provincial como nacional. El desarrollo turístico no solo involucra a unos pocos actores, sino que requiere una coordinación integral entre diferentes sectores y una estrategia nacional de turismo que tenga en cuenta las necesidades específicas de regiones como Samaná, entiende.

“Es crucial que las inversiones y políticas se enfoquen en mejorar la infraestructura, tanto física como humana, para garantizar un desarrollo turístico sostenible y equitativo.”, dijo.

Alcalá reconoce al turismo como el pilar principal de la economía de Samaná, destacando la importancia de preservar y promover los recursos naturales y culturales de la región. Aunque la agricultura y la pesca aún juegan un papel en la economía local, el turismo se ha convertido en la principal fuente de ingresos, impulsando la necesidad de expandir la oferta de alojamiento para satisfacer la creciente demanda.

Aun así, la necesidad de mejorar los niveles de educación y formación técnica para satisfacer las demandas del sector turístico es evidente, así como mejorar los servicios de salud para satisfacer las necesidades de la población local y de los visitantes.

Inversión estatal

Desde el Gobierno parecen estar conscientes de las necesidades que plantean desde Samaná. Según el “Plan nacional plurianual de inversión pública 2023-2026″, para la provincia se tiene estimado invertir RD$8,844 millones, o el 1.92% del total para el período establecido.

Entre los proyectos que se tiene planeados está la construcción de un acueducto múltiple en Juana Vicenta, en Sánchez, en El Catey, Los Chicharrones, una nueva obra de toma en el acueducto Las Terrenas, un Hospital en Las Terrenas, la ampliación alcantarillado sanitario en los sectores El Millón, Av. Circunvalación y El Panchito, la rehabilitación de la Planta Depuradora de Aguas Residuales, además de varios centros educativos.