Embarcarse en un crucero ya no es sólo descubrir destinos exóticos. Cada vez más, estos viajes se convierten en una oportunidad para disfrutar de la buena comida. Desde cocina de autor hasta sabores callejeros de distintas partes del mundo, las navieras han transformado sus barcos en auténticos centros gastronómicos en alta mar.
Para comprobarlo, nos adentramos en el MSC World Europa, uno de los barcos estrella de MSC Cruceros, y nos metimos hasta la cocina (literalmente) para ver cómo funciona todo detrás del buffet. Quien nos guió en este recorrido fue Nicoló Gucciardi, subdirector de Alimentos y Bebidas de la compañía, que nos mostró cómo se las arreglan para alimentar a casi 20.000 personas al día. Sí, ¡20.000!
A bordo de estas pequeñas mini ciudades, los fogones no se apagan: se trabaja las 24 horas del día, en rotación continua, con un turno de mañana y otro de noche. «El equipo de cocina está compuesto por más de 200 personas de distintas nacionalidades, encargadas de alimentar no solo a miles de pasajeros —unos 7.000—, sino también a los más de 2.200 miembros de la tripulación», explica.
El corazón del crucero son los dos buffets, Il Mercato y La Brasserie, repartidos en dos plantas: el piso 18 y el 19. «Las áreas de comida están organizadas meticulosamente por estaciones: la cocina fría, donde se preparan antipastos y embutidos; la cocina caliente, con sopas, pastas, carnes y pescados; y el pantry, especializado en frutas y platos fríos». Este diseño facilita que los camareros sirvan con rapidez, siguiendo rutas señalizadas por unas fotografías con los platos. Todo el circuito está diseñado con trayectos de entrada y salida muy estrictos para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada entre lo limpio y lo sucio.
Separada por completo del área de preparación de alimentos para los pasajeros, se encuentra la zona dedicada en exclusivo a la tripulación. «Aquí se manejan menús diferentes, con ciclos que se renuevan cada tres semanas, adaptados al largo tiempo que los empleados pasan a bordo», puntualiza Gucciardi. El chef a cargo de este comedor es Tono, un napolitano que cocina con cariño para los que hacen que todo el crucero funcione.
Una de las joyas de la cocina es su panadería. No se compra nada en tierra firme. «Todo el pan, desde focaccias hasta grisines o panes integrales, se elabora aquí. Lo mismo ocurre con los postres y la mantequilla que acompaña a los panes: todo artesanal, todo fresco», comenta con orgullo. Para que se hagan una idea: de sus hornos salen los 12.000 croissants que los pasajeros consumen a diario.
Y la sostenibilidad no se queda atrás: la basura se separa meticulosamente (plásticos, vidrios, papel, restos de comida con y sin hueso). Los restos blandos se trituran y se descargan en el mar, a más de 12 millas de la costa, convirtiéndose en alimento para peces, siguiendo estrictas normas ambientales. Los demás desperdicios se mantienen en el barco hasta atracar. «Cuando llegamos al puerto de Génova, que es el principal de esta nave, se hace la descarga de todos los residuos y se venden a agencias especializadas en reciclaje».
Aparte del buffet, estos buques son un auténtico destino gastronómico flotante: más de una docena de espacios donde darte un homenaje, desde unos sencillos tacos hasta propuestas más sofisticadas, con restaurantes temáticos en carne o pescado, o especializados en cocina italiana, francesa o japonesa. Todo un lujo.
Estos restaurantes cuentan con su propia cocina, independiente de la del buffet, y no están incluidos en el precio del paquete del crucero.
Chef’s Garden Kitchen con un menú exclusivo de autor.
chef’s garden kitchen
En su apuesta por llevar la cocina de autor a alta mar, MSC Cruceros ha incorporado a su oferta este concepto creado por el laureado chef nórdico Niklas Ekstedt, famoso por su cocina a la brasa con raíces suecas. El menú, hecho especialmente para esta experiencia, se destaca por utilizar ingredientes frescos cultivados en microgranjas instaladas directamente a bordo, como brotes de rábano y brócoli, que aportan un sabor intenso y una textura única a cada plato. La minuta la componen un entrante, un principal y un postre a elegir entre 10 platos como un tartar de ternera Black Angus o un bacalao negro confitado en mantequilla o una tarta de almendras, ruibarbo, chocolate blanco y helado.
Microgranja en el restaurante.
Cada barco de MSC presenta su propia versión del menú de Chef’s Garden Kitchen, con recetas inspiradas en la filosofía de Niklas: productos naturales, brotes tiernos cultivados directamente en el barco y productos locales. La carta se actualiza según la ruta, la temporada y la disponibilidad de ingredientes frescos. Por eso, la naviera advierte que el menú se «reconfirmará una vez a bordo» para reflejar cualquier cambio, ya sea por sustituciones o nuevas creaciones.