A menudo pensamos que los pueblos tienen sus encantos, pero cuando queremos vivir una aventura o hacer turismo interno pensamos en Punta Cana o en Samaná, pero la realidad es que nuestro país esconde una belleza sin igual en cada uno de sus rincones.
En esta ocasión un grupo de comunicadores amantes del turismo interno de nuestra bella Quisqueya y gracias al Ministerio de Turismo por medio de Milka Hernández y su equipo, vivimos una de las experiencias más gratificante que puede experimentar el ser humano.
Esta aventura que emprendimos se produjo en El Seibo, tierra de historia y cultura, que esconde en cada pedacito el ahínco de hombres que lucharon por la libertad y que aún hoy en día luchan porque su lugar de origen brille con luz propia.
Fuimos recibidos por todo lo alto por parte del Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia de El Seibo, (Codrepres) y en nuestra primera parada, conocimos el Monumento en Honor a la Batalla de Palo Hincado, que se produjo el siete de noviembre de 1808, un ejército comandado por Juan Sánchez Ramírez derrotó a las tropas francesas del general Ferrand. Esta batalla es considerada como el empuje, la fuerza para que el dominicano luche por su independencia y autonomía.
También pudimos apreciar la «Cruz de Azomante» que representaba la protección que sentían los poblados en la época de la colonia y puede ser que apareciera en el siglo XVI, además es un símbolo religioso que forma parte de los lugares de visita durante la procesión que realiza la iglesia católica el tres de mayo de cada año.
En nuestra segunda parada visitamos la Plaza Histórica y Cultural de El Seibo, aquí se encuentran los principales monumentos del lugar, el Monumento a Manuela Diez Jiménez, esta escenifica junto a Duarte, quien tenia 12 años en ese momento, señalando la bandera, mostrando que su madre jugó un papel fundamental en su formación nacionalista.
Monumento a los Atabaleros Seibanos: Los atabales representan la música autóctona de El Seibo, cuya expresión se manifiesta durante las festividades de las fiestas patronales a partir del primero de mayo de cada año.
Los atabales son fiestas de recordación de la religiosidad popular con costumbres heredadas de los españoles y el negro esclavo de África, otros de los monumentos observados fue el que representa la corrida de toros, tradición cultural del pueblo Seibano.
Monumento a los Atabaleros Seibanos.
Nos dirigimos a la Fábrica del Mabí y aquí pudimos degustar el delicioso sabor de ese líquido tan preciado para los seibanos. Su popularidad es tal que cuando se habla del pueblo es imprescindible mencionar el mabí, este es uno de sus patrimonios culturales más reconocidos.
Es tal la fama de esta deliciosa bebida que existe el parque en honor a su creador, «Parque Otto Duvergé», en el mismo se encuentra la representación de la imagen de Otto Duvergé, una botella representando el mabí y una máquina antigua.
La fábrica del mabí seibano se encuentra en el mismo lugar de sus inicios, a la entrada de la provincia de El Seibo.
En nuestro recorrido por la ciudad no podíamos dejar de visitar la hermosa Basílica de la Santísima Cruz, un monumento colonial de estilo victoriano, declarada mediante ley patrimonio arquitectónico de la República Dominicana.
En su interior hay una serie de elementos de gran importancia como una cruz adornada con joyas preciosas, en cuyo centro tiene un Lignum Crucis, que es una astilla de la Cruz del Calvario, en que murió Jesucristo, la misma fue donada por el Vaticano.
Basílica de la Santísima Cruz.
Después de visitar la hermosa iglesia nos dirigimos a probar otro de los patrimonio culturales de El Seibo, los famosos dulces de Doña Tula, degustar este manjar no tiene precio, ya que es elaborado con todo el amor que pueda sentir una persona en su corazón. Doña Tula relató que se inició en la preparación de dulce en los años que se produjo la guerra de abril con el objetivo de ayudar a su esposo a criar a sus cinco hijos.
En sus inicios Tula vendía suspiro y dulces de batata, pero decidió incursionar en la preparación de dulces de leche, fue tanta la pasión y el amor con el que ella preparaba estos dulces que fue trascendiendo en todo el pueblo, es más en todo el país, porque personas de mucha importancia iban de otras ciudades a comprar, entre ellos el expresidente Hipolito Mejía, Freddy Beras-Goico, el diseñador Oscar de la Renta, entre otras personalidades.
Hoy la Dulceria de Doña Tula sigue siendo un negocio familiar y ella, junto a tres de sus hijas, continúan brindando ese majestuoso sabor que los caracteriza.
Luego de este recorrido tan interesante nos dirigimos a las oficinas de Codepres, donde nos estaba esperando un delicioso buffet, preparado con toda la delicadeza y amabilidad que distingue a las personas de El Seibo. Luego de almorzar nos trasladamos al «Rancho Típico Doña Ana», un lugar donde se aprende sobre los diferentes cultivos de la zona, objetos que nos trasladan al tiempo de las tinajas y los fogones.
La alegría y amabilidad de Doña Ana te hace sentir como en casa, una mujer hermosa que tiene buen dominio de la palabra y que ama lo que hace, en esta casa todo lo que se consume es producido por ellos mismos, la comida, el cacao, el café, las frutas y los vegetales cultivadas por ellos.
Junto a Doña Ana pudimos aprender como se muele el cacao y disfrutar de una rica bolita de este producto recién hecho, también aprendimos como se maja el café en un pilón y algo que no podía faltar era probarlo, porque además de ser delicioso por como fue preparado sabe, al cariño que transmite esta dulce señora.
Otras de las experiencias gratificantes del viaje, fue el abordar un safari para dirigimos al Rancho Tío Pepe, donde el dueño, «Don Pepe», es un personaje pintoresco que divierte con cada una de sus ocurrencias. Este lugar es hermoso y te invita a descubrir y disfrutar de la naturaleza, ofrece una estadía sencilla, pero cómoda.
Puedes disfrutar de muchos animales de la granja, como gallinas, patos, pavos, gansos, se puede observar también una vida acuática, tortugas, peces, etc. Este lugar es perfecto para alejarse del estrés de la ciudad y si te vas a casar te espera un descuento especial.
Conforme fue cayendo la tarde nos trasladamos a Terra Nova Ranch, un rancho ecológico con diversos atractivos, río, puente colgante, tirolesa, kayac, pedalos entre otros, pero sin lugar a duda uno de los atractivos más facinantes y emocionantes es el camping en Loma Verde, una montaña ubicada a más de 800 pies de altura sobre el nivel del mar, con vistas a la costa de Miches y la Bahía de Samaná.
Loma Verde está equipada con columpios, terraza con balcón en voladizo, cocina para preparar tus propios alimentos, baños, wifi abierto, energía limpia con paneles solares y agua.
Acampar en esta montaña es una de las mejores experiencias que hemos vivido, desde el delicioso frío que nos invadió en la madrugada hasta el majestuoso amanecer que pudimos observar desde tan alto paraiso.
Después de un día de mucha aventura y diversión nos despedimos del Rancho Ranch y nos dirigimos al Muelle Jumbo en Miches, donde nos esperaba una gran aventura marina que consistía en navegar en un catamarán a observar las hermosas ballenas jorobadas.
Cuando arribamos al muelle, nos estaba esperando The Carpia Tours, la primera empresa de capital michense en recibir la licencia para el avistamiento de este mamífero, recibiendo a diario decenas de turistas nacionales y extranjeros.
A pesar del sol, del mareo de algunos tripulante y de la espera pudimos ser testigos de la majestuosidad que identifica a este mamífero marino cuando se asomaba tímidamente y que decir del rico baño que experimentamos en la celestial Piscina Natural Media Luna, un baño de arena que sobresale mágicamente del mar, cuando baja la marea.
Terminamos nuestra aventura en el Malecón de Miches, allí pudimos apreciar la representación de un cañón, cuentan los historiadores este reposaba en el fondo marino frente a nuestra costa, fruto de un naufragio sufrido por dos galeones españoles en el 1724, época en que eramos colonia de España.
Nuestro país es bello por los cuatro costado, te invito a que realices turismo interno en tu bella Quisqueya y conozcas no solo las playas o lugares bonitos sino que trasciendas, infórmate de su historia y su cultura, al fin y cabo eres dominicano.