Punta Cana es uno de los buenos ejemplos que tenemos y debemos replicar. Y podemos hacerlo en la pasión, en la visión y en la planificación. También en el sentido gerencial y en la capacidad de asociar a la República Dominicana con el exterior. En las inversiones y en los negocios.
Frank Rainieri es el héroe principal de aquella locura que ha resultado maravillosa. Y la otra es Haydée Kuret que siendo una reina se dejó seducir y permitió que se la llevaran pal’monte.
50 años después estos dos hacedores de sueños se multiplicaron y hoy comparten con sus hijos aquel rincón, que muchos en el exterior creen que es una república aparte, con el principal aeropuerto del país.
Hagamos del país un Punta Cana.