–¿Cómo ve la situación económica ante la crisis del coronavirus?

–Muy compleja, porque los que nos tienen que asesorar no saben qué decirnos. Nos dicen una cosa hoy y otra mañana. Hay que tomar decisiones y explicar por qué se toman. Esto es como una guerra y es necesario que haya un líder que agarre fuerte las riendas.

–¿Cree que será más o menos profunda que la de 2008?

–No tiene comparación. Somos el país porcentualmente más atacado por el virus y eso va a afectar mucho. Nosotros, con este panorama, ¿cómo atraemos a los clientes, especialmente a los del extranjero? Cuando ves un camino con baches no quieres pasar si tienes otro más seguro.

–¿Cómo le ha afectado a su empresa?

–Me han permitido tener abierto el hotel y mantener a los clientes que tengo al tiempo que doy servicio a quienes vienen a Badajoz por obligación, pero con eso yo no puedo vivir. Porque hay unos gastos de empleados por la mañana, por la tarde y por la noche y, por supuesto, de vigilancia.

«Harán falta meses para salir de los ERTE porque la clientela volverá de manera progresiva»

–¿Los ERTE han permitido para paliar esta situación?

–Hay un atasco enorme en cuanto al abono de las prestaciones por los ERTE y hay mucha gente que está desde el 14 de marzo sin cobrar; nadie aguanta dos meses así. Yo tengo a dos empleados que estaban mal económicamente y con hijos a su cargo y les he dado un préstamo a título personal, porque pasan hambre. Y luego se presenta otra clave, cómo salir del ERTE. Necesitamos varios meses para ir recuperando 10, 15, 30% hasta llegar al 100%, porque la recuperación de la clientela también va a ser progresiva.

–¿Cuántos trabajadores hay afectados por el ERTE en el Hotel Río?

–Están incluidos en el ERTE 38 empleados y hemos recuperado cinco para prestar servicio a los clientes que tenemos.

–¿Cómo encara el sector la crisis?

–No sabemos cómo se va a volver ni cómo vamos a atraer al cliente, no nos han comunicado aún cómo serán, por ejemplo, los protocolos sanitarios y de limpieza. El Ministerio de Turismo debería lanzar una campaña de promoción que informe respecto al control que se va a establecer sobre los clientes: si se les va a tomar la temperatura y en ese caso de tener fiebre contar con medios para realizar el test de detección de la COVID-19.

–¿Cuánto cree que se tardará en recuperar el terreno perdido?

–La gente que trabaja en el sector turístico tiene mucha preparación. Espero que el Gobierno nos reúna para que arrimemos todos el hombro y se pueda mover ya algo a finales de verano. Sería para empezar a andar, pero no para paliar los hondos perjuicios económicos. La idea es intentar pensar que el año que viene sea casi normal.

«He tenido que darles un adelanto a dos empleados porque pasan hambre»

–¿La Junta les aporta alguna salida?

–La Junta está centrada en el tema sanitario, que es lo más grave, pero tienen que pensar que es el primer escalón y luego hay que seguir subiendo.

–¿Cuál puede ser el punto fuerte de Extremadura para afrontar el retorno a la normalidad?

–Es una de las privilegiadas dentro de España, porque somos una de las comunidades en la que menos incidencia ha tenido la pandemia. Es un argumento que unir a la buena comida, la tranquilidad y buenos servicios. Al principio será un turismo local, provincial, de familia, de visitar ciudades cercanas.