Dieciocho años después del último vuelo de un Concorde llega el Bombardier Global 8000, el avión de pasajeros que pretende ser el más rápido y de mayor alcance del mundo. Así lo confirmó esta semana el fabricante de aviones canadiense durante la presentación en el EBACE 2022 que se celebró del 23 al 25 de mayo en la ciudad de Ginebra, Suiza.
«Hoy, Bombardier consolida una vez más su posición como líder en aviación de negocios con el miembro más nuevo de la familia global líder en la industria», señaló Éric Martel, presidente y director ejecutivo de la compañía canadiense. Según las previsiones de Bombardier, este avión, todavía en fase de desarrollo, no estará disponible hasta 2025.
El Bombardier Global 8000 alcanza una velocidad máxima de Mach 0,94 (el 94% de la velocidad del sonido, o lo que es lo mismo, unos 1.150 kilómetros por hora). Por poner eso en perspectiva, el avión comercial más rápido, el Boeing 747-400, alcanza un máximo de Mach 0,92; y en segundo se encuentran empatados el 747-800 y el último Airbus A380 en Mach 0,90.
La principal desventaja de este avión supersónico es su capacidad, ya que está diseñado para apenas 19 pasajeros. El Bombardier Global 8000 utiliza un nuevo diseño de ala y un par de turboventiladores GE Passport que producen 84,2 kN de empuje, además de contar con una autonomía de 8.000 millas náuticas (14.800 kilómetros).
La noticia de este nuevo lanzamiento llega después de que un avión de prueba del Global 7500 (antecesor del 8000) rompiera la barrera del sonido durante un vuelo de demostración en mayo, alcanzando velocidades superiores a Mach 1,015 (unos 1.280 kilómetros por hora). «El avión Global 8000 aprovecha los extraordinarios atributos del avión Global 7500, proporcionando a nuestros clientes un avión insignia de una nueva era», indicó el presidente y CEO de la empresa.
Según avanzó Bombardier, la compañía contribuirá significativamente al futuro de la industria aeroespacial canadiense gracias al programa Global 8000 de Bombardier. Según la firma, se espera que la empresa contribuya y facilite casi 1.500 millones de euros en PIB por año a la economía canadiense a través de sus actividades de fabricación en los próximos años.